var isMobileBrowser=false;
Un viernes de Cuaresma siempre es buen momento para deternernos un momento y mirar en nuestro interior. Conocernos mejor a nosotros mismos es siempre un ejercicio saludable y más en este momento histórico tan convulso a nivel mundial.
"Conviértete y cree en el Evangelio" proclama el capítulo primero del Evangelio de Marcos, sentencia que se convierte en objetivo cuaresmal.
¿Convertirse?. Uno puede convertirse cuando se es joven y se mueve de forma idealista entre distintas filosofías. Cuando uno peina canas, las ideas las tenemos bien enraizadas en nuestro propio ser y no parece que quepa ninguna conversión.
¿El Evangelio?. "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas y amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos" leemos en el capítulo 12 del mismo evangelista.
¿Amar a Dios?, ¿Amar al prójimo?. Eso del amor está tan manido .... Hoy nos basta con amarnos a nosotros mismos. Eso de amar a un Dios, que no manda su rayo flamígero para acabar con los que promueven las guerras, con los que abusan de los niños, con los traficantes de mujeres, drogas o armas, con los políticos corruptos ... O amar a un prójimo que no solo no nos ha hecho ningún favor, sino que nos disputa el puesto de trabajo o molesta a nuestra familia ...
Y sin embargo ese mismo Dios, en la persona de su Hijo, cargó con la cruz de todos nuestros desamores, nuestros odios, nuestros desencuentros y mostró su verdadero rostro de misericordia y redención. Porque Dios hizo al hombre libre, incluso para pecar. Si realmente comprendiésemos hasta dónde hasta dónde llega la acción de Dios con nosotros, entonces seríamos capaces de amarlo sobre todas la cosas y proyectar ese amor hacia el prójimo.
Pero, ¿realmente estoy interesado en la conversión o en el prójimo? Hay que ser sincero con uno mismo ........
Imagen: Cruz Cuaremal en el atrio de la Iglesia de Nª Sª el Carmen de Cartagena
Unas reflexiones muy profundas que deberíamos hacernos todos en estos días tan retorcidos en los que nos ha tocado vivir.
Y es verdad que nuestro materialismo nos hace amarnos a nosotros mismos en un alarde de egoísmo que no nos deja ver más allá de nuestras narices. Y lo de amar al prójimo se acaba limitando a nuestro entorno más cercano. Y punto. Qué poco nos fiamos los unos de los otros.
A ver si esta cuaresma nos influye un poco y a l menos podemos ser sinceros con nosotros mismos.
Un abrazo y buenas noches.
Las reflexiones siempre son importantes a tener en cuenta .
Y más éstas y en estas momentos que como bien dice nuestra amiga . són momentos tan retorcidos .
Un abrazo.
Buen fin de semana .
gkaneAyer a las 21:55
maravillas10Ayer a las 21:11
Joaki-00712/06/2025
larocuky08/06/2025
violemivi05/06/2025