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Aquí van varias vistas del pueblo de Belén, con su población autóctona, ajena al bullicio de los forasteros que han ido a empadronarse, y algún niño entregado al juego. Al final tenéis la plaza con la posada y todo un hervidero de gente divirtiéndose, conversando y en plan lúdico. A la puerta de la posada, José y María, con su hatillo, reciben del posadero, escoba en mano, la mala noticia de que no hay habitaciones; todo ello bajo la atenta mirada de un gato. La mayor parte de estas figuras, como puede apreciarse por su estilo e indumentaria, son napolitanas, una auténtica maravilla artesanal.
Hay que reconocer que al ver los detallitos uno por uno, en Belén luce todavía más...mi admiración es total y absoluta.
Besos.
Maravillosas las 4 fotos , los cuatro cuadros .
Pero la plaza es espectacular con tantos detalles .
La paciencia de ponerlo todo en su sitio y todo tan real ...madre mia ...
Mas felicitaciones .