EL "CORTELLO DOS LOBOS" LUBIÁN (ZAMORA)

Lubián es un pequeño pueblo Zamorano rayano con Galicia, situado cerca de la autovía de las rias bajas ,entre la Canda y el Padornelo. La toponimia de Lubián, procede con seguridad de la abundancia de Lobos que hasta hace poco hubo en esta zona montañosa. El Lobo y el hombre siempre fueron enemigos mortales. Leyendas aparte,los lobos diezmaban el ganado de los lugareños y en raros casos atacaron y devoraron a seres humanos (Rante, Ourense 1978 por ejemplo).
En la edad media se tomó muy en serio su exterminación con trampas,para atraparlos en manada, y las más utilizadas fueron dos.
Por una parte los "Chorcos",(en Galicia Foxos) que eran unos pozos de piedra estrechos y profundos, desde los cuales partían monte arriba un par de empalizadas o paredes de algo más de dos metros de altura, que se iban ensanchando en forma de embudo, a veces durante kilkómetros, hasta rodear un monte o una sierra donde los lobos tenían querencia por refugiarse.
Los vecinos de una comarca batían el monte haciendo ruido y los lobos eran forzados a introducirse en manada en ese embudo hasta caer en el Chorco.El inconveniente del método es la dificultad de su construcción y la cantidad de gente necesaria para que funcione. El mejor conservado de España es el de Posada de Valdeón, donde la última batida se dió a mediados de los 60.
El segundo tipo de trampa son los "cortellos" o "Apriscos de Lobos", como este de Lubián. En este caso se pretende que el lobo se meta por si solo dentro de una construcción de piedra circular de unos 50 metros de diametro y dos y medio de profundidad.
Para ello se colocaba una oveja dentro del cortello por la noche.
Por la parte superior la construcción estaba a ras de suelo, con lo que al lobo le resultaba fácil saltar dentro,pero una vez dentro, era imposible salir. Al tener un diametro tan grande, el lobo no era consciente de la profundidad real de la trampa. En ocasiones el lobo al verse atrapado no devoraba la presa y utilizaba todas sus energías para intentar escapar. Algunos cortellos también quedan en Caurel (Lugo) en estado de ruina. Las capturas no eran masivas como en los chorcos, pero la construcción y el funcionamiento eran simples.
En todos los casos los lobos se exhibían a poder ser vivos y con bozales de hierro por los pueblos , y los cazadores pedían recompensas en dinero o especies por librar a los pueblos de estos animales.