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Pecado Original: Por qué la Creación y la Evolución no pueden coexistir en la cristiandad
El "Pecado Original" es una de las razones teológicas esenciales del por qué el cristianismo no puede abrazar la teoría de la evolución. A pesar de los problemas científicos que plagan ahora las creencias evolucionistas, todo el mensaje del cristianismo comienza con la caída de la humanidad del paraíso a la muerte a través del pecado de Adán. Con la evolución, imaginamos millones y millones de años de muerte, descomposición y enfermedad antes de que Adán siquiera entrara en escena. Sin embargo, esta imagen no es consistente con la "muy buena" tierra creada por Dios. Más importante aún, como uno puede investigar más a fondo, la muerte antes del pecado es teológicamente inconsistente con el resto de la doctrina cristiana.
Pecado Original: Un Ateísta Evolucionista lo Entendió Correctamente
El "Pecado Original" y su relación con la teoría evolucionista fue discutido por un evolucionista franco, Richard Bozarth, en la revista Americano Ateísta. Los siguientes extractos vienen de "El Significado de la Evolución" (septiembre 1979, p. 30):
"El Cristianismo está - !debe estar! - totalmente comprometido con la creación especial descrita en Génesis, y debe luchar con todas sus fuerzas contra la teoría de la evolución. Y he aquí el por qué.
En Romanos 5:12, leemos que "el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron."
Toda la justificación de la vida y muerte de Jesús está basada en la existencia de Adán y la fruta prohibida que él y Eva comieron. Sin el pecado original, ¿quién necesita ser redimido? Sin la caída de Adán en una vida de continuo pecado finalizada por la muerte, ¿qué propósito hay para el cristianismo? Ninguno.
Hasta un estudiante de secundaria entiende lo suficiente acerca de la evolución, para saber que en ninguna parte en la descripción evolucion