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El Amor Preside la verdadera religión.
"Si alguno cree ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo".
No se puede decir que Santiago sustituye las muchísimas cosas que componen la ética cristiana con esto versículos. El está escribiendo a los creyentes, y es muy fácil ver que no pone ningún énfasis en la religión, sino en la fe unida a las buenas obras; en la autenticidad del que cree.
Ahora bien, la mayoría de los judíos conversos eran religiosos (escribe a las doce tribus de la dispersión), y Santiago no ve ningún estorbo ni tampoco ninguna necesidad vital en ello. Los versículos anteriores el escritor les llama hermanos.No cabe rnnguna duda sobre una relígioó secular, como dIcen algunos comentaristas, o sea "lo bueno de una religión sin Dios". Posiblemente, Santiago sabía de viejas inquietudes que había entre algunos CrIstianos de tradición hebrea.
De manera que con lo aprendido en la doctrina cristiana, a los que se creían religiosos les pone tres condiciones: Sinceridad, limpieza o pureza y amor. (Visitar a las viudas y a los huérfanos en sus tribulaciones) nada de ritos o legalismos, sino amor.
Saulo de Tarso fue un religioso de cuerpo entero. El mismo habla de su militancia en el fariseísmo y dice de su celo por defender su secta, y añade que en cuanto a la leyera irreprensible. (Filipenses 3:5-6) Pero sin embargo respiraba odio y amenazas para los que no creían como él. Era sincero, un auténtico religioso de armas tomar, pero le faltaba el amor. Hasta que un buen día tuvo su camino de Damasco, el amor le habló dulcemente:"Saulo, Saulo ¿Por qué me persigues?" En otras palabras: ¿Por qué persigues al amor? ¿No te das cuenta que estás luchando en vano? Y allí cambió Saulo la espada por la cruz, la muerte por la vida; EL O