PARTE 2
Queríamos lamerte tu mano cuando te sintieras triste, decepcionado, abrumado o derrumbado por los problemas, o te sintieras solo...
Queríamos acompañarte cuando estuvieras enfermo y estar al lado de tu cama, dándote nuestro amor y amistad desinteresada y diciéndote con la mirada fija en tus ojos: ¡vamos, arriba ese ánimo, no te des por vencido, te ayudaremos a salir de ésta, para eso estamos aquí...!
Queríamos vigilar celosamente tu casa, tus pertenencias y dar la vida por tí, si la ocasión lo pidiera, ante cualquiera que quisiera robarte o atacarte...
Queríamos cuidar a tus hijos pequeños, para que nadie les hiciera daño...
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