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EL RICO Y LÁZARO
BREVE EXPOSICIÓN DE UN RELATO REAL
Lucas 16:19-31
LAS ENSEÑANZAS DE CRISTO SOBRE LA CONDICIÓN DE LAS ALMAS DESPUÉS DE LA MUERTE
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas (v. 19-21).
Es llamativo cómo tantos han pretendido falsificar las clarísimas enseñanzas de Cristo acerca de la condición de los muertos, alegando que este relato no es real ni verídico, sino que está hablando de forma fantasiosa, o que por ser meramente una «parábola» alegan nada tiene que ver con la realidad. Los «Testigos de Jehová», los «Adventistas del Séptimo Día», por ejemplo, así como todos los aniquilacionistas[1] (los que creen que el alma es capaz de ser aniquilada o extinta, y definen erróneamente el verbo «destruir»[2] de esta falsa manera), agitan esta torcida interpretación del pasaje a fin de escapar de la realidad de las enseñanzas sobre el estado consciente de las almas en su condición separada del cuerpo, y así estas sectas propagan sus falsas doctrinas que afectan los padecimientos mismos de Cristo en la cruz (véase al final). Veremos que no es así, y la Biblia habla por sí misma con autoridad a la conciencia de todos, sólo que basta la absoluta e incondicional adhesión a ella, y no a los falsos sistemas de los falsos maestros sectarios.