var isMobileBrowser=false;
29/12/2023
28/12/2023
24/08/2023
Estas cuatro son mujeres casadas y cubren sus cabezas con una toca. Tras ellas, en orden jerárquico, vienen las cuatro solteras, dos mozas y dos niñas, que se tocan la cabeza con la clásica montera segoviana:
Durante los festejos de la mañana visten con traje de gala, de color negro, que significa la elegancia. Por la tarde llevan manteos rojos de carácter menos solemne.
A cada una de estas mujeres las acompaña un hombre; en el caso de las casadas, su propio marido; y en el caso de las niñas y mozas, su padre.
La Quitavergüenzas es la primera que sale de su casa para ir recogiendo a las demás. La Capitana ha de ser la última en ser recogida. Durante el recorrido por el pueblo y en los actos religiosos, se mantiene la colocación en función del orden jerárquico que ocupan. En casa de la Capitana toman una pequeña colación y desde allí, con acompañamiento de música se va agregando la comitiva que va hacia la iglesia. Cada una con sus distintivos: sables, cuchillos, palillos y bandera, que en conjunto son un símbolo de una escuadra militar del santo a quien se festeja.
Tras entrar en la iglesia se saca a San Sebastián en andas y se inicia una procesión por las calles del pueblo encabezada por el pendón y la hermosísima cruz procesional. San Sebastián está representado por una imagen policromada en la que se le ve atado a un tronco de árbol en dolorido tormento, con siete enormes flechas atravesando diversas zonas del tronco y de las extremidades.
Los maridos de las casadas serán los encargados de portar las andas que sólo ceden para bailar con sus mujeres, y el resto de las solteras, ante la imagen del santo. Se echan vítores al concluir cada baile y las campanas de la torre no dejan de ser volteadas durante el recorrido de la procesión. Al llegar a la puerta de la iglesia se venera al santo besando la estola roja del sacerdote, que se interpone entre San Sebastián y los feligreses que van pasando. Lógicamente las primeras en venerarle son las mujeres, luego sus maridos o padres y detrás el resto de la parroquia. Luego se subastan los palos y la subida al trono del santo e inmediatamente después se entra en el templo y comienza la misa, donde, salvo el sermón, no existe ninguna otra referencia o ritual específico de este día.
Al salir de la misa todos los asistentes acuden a un salón del ayuntamiento donde
la Capitana y el resto de las mujeres ofrecen vino, limonada y bollos. Se baila también de modo desenfadado. Esa colación es costeada equitativamente por las mujeres.
Un hombre entra, desesperado, a una farmacia y pregunta al farmacéutico:
- ¿Tendrá usted algo para la diarrea?
El farmacéutico era nuevo en el negocio y rápidamente le ofreció el primer medicamento que encontró. El señor le pagó y salió muy apurado de la farmacia.
Más tarde el farmacéutico se da cuenta que por error y descuido dio al señor un médicamente para los nervios.
Horas después el hombre regresa a la farmacia. Entonces, el farmacéutico le dice:
- Discúlpeme señor, pero parece que le di un medicamento incorrecto, dígame, ¿se siente usted bien?
- Claro, contesta el señor, estoy tranquilo, cagado, pero tranquilo.
jajajaja, muy bueno amigo @parori1965
Muy interesante la fiesta que nos cuentas. Y que fiesta de pueblo no es bonita??? con el frío que hace por aqui...como para ir de fiesta ahora!!! (jejejeje)
Feliz dia cielo
buenas noches mi querido amigo, muy bueno e interesante lo que hoy nos dejas de la fiesta de los santos y su historia, lo desconocia, !!!! ves de tu mano ya se otra cosa más que no sabia, gracias, te deseo dulces sueños con el cariño de siempre, besitos.