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Para despedir el año la Santísima Virgen de la Encarnación se traslada todos los años a la Residencia de las Hermanitas de los Pobres, junto a espaldas de su Iglesia. Es una mañana del mes de diciembre y el trinar de los pájaros revolotea en el ambiente. Una mañana con un cielo azul preparado para acompañar a la Virgen.