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La Luz de Jesus
El Hijo del Dios Viviente
Un nuevo entendimiento acerca del Mesías
Al oír la frase “el evangelio de Cristo”, los judíos creyentes de la iglesia primitiva entendían que esta frase se refería a la persona de Jesús e implicaba además otros elementos. Por cuanto la palabra Cristo equivale a Mesías, los apóstoles estaban hablando acerca del “evangelio del Mesías”, o sea las buenas noticias acerca del Rey del venidero Reino de Dios. Las buenas nuevas no eran solamente que Cristo había muerto por los pecados de la humanidad, sino que el Mesías había venido una vez y que retornaría para establecer su maravilloso reinado y cumplir todas las profecías acerca del mismo.
Para los seguidores judíos de Jesús no era nuevo el concepto del reinado del Mesías.
“Ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente”.
Cuando Jesús se les apareció después de su resurrección, ellos le preguntaron:
“Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”
Lo que los discípulos no pudieron entender cuando Jesús estaba con ellos, fue que él tenía que morir primero para pagar la pena de los pecados de la humanidad y que después volvería como el Rey conquistador que ellos esperaban. Aunque Jesús se lo enseñó claramente, ellos no pudieron aceptarlo, y así lo leemos en Mateo: No solamente no pudieron entender este aspecto de la misión de Jesús, sino que se sentian confundidos con el Mensaje de Jesús el Mesias el hijo del Dios Viviente.
Es lógico que los discípulos se hubieran quedado asombrados al ver que su dirigente fue arrestado, aquel que ellos creían que los iba a liberar de la ocupación y el gobierno romanos:
Cuando Jesús fue juzgado, condenado y ejecutado como si fuera un bajo criminal, todos ellos se dispersaron, completamente confundidos y desorientados ante el inesperado giro de los acontecimientos.
Más tarde, al recibir el Espíritu Santo en el día de Pentecostés,
los discípulos pudieron comprender que en las Escrituras estaba profetizado que el Ungido de Dios tenía que morir y ser resucitado (Salmos 22;
He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
La redención en su estructura mas fuerte revelara para salvación de vida eterna gracia perdon y misericordia la fortaleza que heredaran todos sus hijos e hijas por el espíritu mas puro que a visitado nuestra tierra el cual nos permite recibir su espíritu Santo.
El apóstol Pedro, en el primer sermón inspirado que dio a los judíos congregados en Jerusalén, les dijo que en uno de los salmos David “habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades [el sepulcro], ni su carne vio corrupción” (Hechos 2:31;.