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Lucas 2:7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el MESÓN.
Parecía que resonaban estas palabras desde Belén:
Oh, cuán inmenso el amor
Que nuestro Dios mostró
al enviar un Salvador;
Su hijo nos mandó.
Aunque Su nacimiento
pasó sin atención,
aún lo puede recibir
el manso corazón.