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Llegamos a la playa y venimos con la mejor disposición de pasar un día fenomenal, traemos la hielera bien armada, la botana, la música, vecera, lente oscuro y desde luego, la mochila con todo lo que podemos necesitar, toallas, bronceador, chancletas, revistas, juegos, y hasta un mini botiquín.
Todo listo para un gran día de playa, ahora solo hay que elegir un buen lugar donde instalarnos.
Lo bueno es que en Acapulco hay muchas playas y todas tienen su encanto. Por ejemplo, Manzanillo, Tlacopanocha, Condesa, Hornos, Puerto Marqués, El Revolcadero, Playa Diamante, Barra Vieja, Playa Icacos, Pie de la Cuesta, La Angosta, Caleta, Caletilla, La Honda, Bonfil, Tamarindos, Tres Vidas, Pichilengue, Larga, Majahua, solo por mencionar algunas.
Si ya estamos a la orilla del mar, busquemos una buena ubicación. Lo ideal es conseguir un lugar en la arena pero a unos pies por encima de la línea de marea alta o del oleaje. Elijan un lugar relativamente cerca de los baños y las otras comodidades tales como alimentos o venta de misceláneos por si algo se ofrece, quizás sillas, una sombrilla o palapa, y no está de más, es recomendable quedar cerca de la torre del salvavidas por aquello de que los necesitemos.
Nada más nos hace falta, solo… ¡Disfrutar de Acapulco!