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Para que mi humana no se aburra durante el confinamiento, le cambio las rutinas.
Ahora cuando se despierta por la mañana, me subo encima de ella y maúllo muy bajito para darle penita. Nos pasamos un cuarto de hora así y en cuanto se levanta, me pongo a perseguirla por toda la casa maullando como un ogro para que me dé de comer... con un poco de suerte, todos los días son domingo.