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" Ir de tazas ", un estilo de vida coruñés "
El ministro de Educación y Cultura en funciones sugiere que las tapas sean consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial. En La Coruña, por ejemplo, "ir de tazas", como se conoce el andar de picoteo, es un peculiar estilo de vida, es también "ir de copas", "de pintas" o "de cañas"; es la tradición que, como tal, se identifica con lo arcaico, incluso en la gastronomía.
Afortunadamente, en Galicia, la modernidad no nos ha llevado todavía al abandono de la tradición culinaria. Pescados y mariscos, por ejemplo, no necesitan de la cocina de diseño, de las degustaciones o de las llamadas de-construcciones.
Aquí se procura conservar su sabor natural y eludir las presentaciones bajo lemas ditirámbicos. De los conchilleros fósiles de las rías de Noya y del Burgo, nos llega la afrodisíaca almeja, que rivaliza con el mejillón de Lorbé, y ¡qué decir! del percebe de la Torre de Hércules o de las rocas del Roncudo y la Percebelleira.
El percebe vuelve tarumba a los turistas, que lo desenguantan hasta comerle las uñas.
Es el rey del marisco; la langosta es la oruga blindada de la Costa da Morte. Sin embargo, no se puede hacer despego del pescado, como la merluza del pincho, el pulpo, la sardina y las xoubas, etc., que forman parte del aperitivo popular y contundente. El acompañamiento del buen albariño y en algunos casos del hipercalórico pimiento de Padrón, ponen la quinta velocidad al condumio.
"Ir de tazas", o sea, "de tapas", tiene una estructura social, no declarada, que atrae al personal más heterogéneo.
El secreto es saber poner fin a estas rondas, cuyo mejor destino es volver a casa.
Celso Ferreiro - La Opinión.