Con una bicicleta estática nunca llegarás a ningún lado por mucho que pedalees. Gastarás energía, eso sí, incluso puede que rebajes culo y barriga, pero siempre dentro de tu círculo de confort, perdiéndote lo que hay más allá y que necesariamente no debería suponer una amenaza. En una bicicleta estática tienes asegurado que la meta coincida con el punto de salida, nunca te perderás en el camino. La deuda pública supera ya el 100% del PIB, la destrucción de empleo acabada la temporada veraniega, el Fondo de Reserva de las pensiones en mínimos históricos. Pedaleando en tu bicicleta estática contemplas como otros viajan y fijando la vista en ese punto en movimiento puedes llegar a ilusionarte, confundirte y creer que eres tú el que realmente se mueve, cuestión de relatividad. Las cosas, al fin y al cabo, no te han ido tan mal. El tiempo es tu aliado, juega a tu favor, no parecen existir motivos para cambiar de estrategia. Sigues pedaleando en tu bicicleta estática. La culpa siempre será del otro.
19/08/2016
