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Todo tiene una explicación. El cantante de los Rolling Stones, Víctor Seara, harto de la obsesión fotográfica de su padre, aprovechó que estaba demasiado cerca del objetivo para echarle un lengüetazo. La foto llegó a Andy Warhol y como si se tratara de un Isaac Newton al que le hubiera caído una manzana en la cabeza, tuvo la genial idea de plasmar en icono ese momento. La de camisetas que ha vendido Zara desde entonces decoradas con la dichosa lengua, oiga.
11/03/2016