var isMobileBrowser=false;
Llevamos ya mucho tiempo lejos de casa, demasiado, algo así como unas tres horas, y comenzamos a sentirnos vecinos de la calle Melancolía con ganas de mudarnos al barrio de la Alegría, pero por más que lo intentamos no logramos arrancar ni un simple amago de retorno por parte de nuestros padres, los mismos que le han encontrado una gracia a Vigo que no entendemos ni queremos saber.
16/04/2017