El verdadero reto no es superar el combate aéreo sobre el mar, después en la montaña, para continuar en tierras heladas, contra bombarderos, en fase de ataque combinado,… Los combates no me preocupan, me entretienen. El verdadero reto es conseguir que mi padre suelte un euro cuando me han derribado y todo ello en menos de 10 segundos (tiempo que da la máquina para meter moneda) si quiero continuar la partida donde me quedé. Mis ansias de juego contra su tacañería. Esa es la guerra más cruel. Ni Vietnam, vamos.
08/12/2016
