Leído en internet: ¿Cómo cuenta una persona normal?, pues 1, 2, 3, 4,…; ¿y cómo cuenta un fan de “Star Wars”?: 4, 5, 6, 1, 2, 3, 7, 3’5. Y así andamos, pegando saltos en la historia y haciendo composición de lugar y tiempos. La (pen)última peli de la saga no es ni la tercera entrega ni la cuarta sino lo que va en medio. Le llaman spin-off (anglicismo) y es una divertida manera de estirar la gallina de los huevos de oro. George Lucas en su día habló de tres trilogías y los de Disney recurren a la aritmética para intercalar películas, sacar así pingües beneficios y de esta manera tratar de amortizar la inversión, unos 3.000 milllones de euros, que se dice pronto. Los fans se dejan querer y a cambio reciben una retahíla de nombres de lugares perdidos en las galaxias, guiños a la cuarta entrega y mucha, mucha acción de batalla sideral. La mayoría de esos guiños son en forma de cameo: C3PO, una muñeca pepona haciendo de Princesa Leia y los dos pendencieros de la cantina antes de ser aplastados por la espada de Obi Wan. Eso si, echamos de menos la voz de Constantino Romero para dar vida a la maldad de Darth Vader. Me ha gustado más que la séptima entrega, sin personajes al borde del ridículo y un guión más imaginativo, lejos de la categoría de remake (anglicismo). Ahora toca la 8, si no he perdido la cuenta. Carrie Fisher se fue pero ¿habrá Princesa Leia simulada por ordenador?. Espero que no.
08/01/2017
