“Son tiempos adversos para la rebelión. Aunque la Estrella de la Muerte ha sido destruida, las tropas imperiales han hecho salir a las fuerzas rebeldes de sus bases ocultas y las persiguen a través de la galaxia. Tras escapar de la terrible Flota Imperial, un grupo de guerreros de la libertad, encabezados por Luke Skywalker, ha establecido una nueva base secreta en el remoto mundo helado de Hoth. El malvado Lord Darth Vader, obsesionado por encontrar al joven Skywalker, ha enviado miles de sondas espaciales hacía las infinitas distancias del espacio....”. Darth Vader se tomaba muy a la tremenda los berrinches de su hijo, niño que por cierto cuando se escapaba de casa también lo hacía a lo grande y cruzaba de un sistema galáctico a otro como el que se acerca a Allariz a tomar una coca cola. Los Transporte Acorazado Todo Terreno (All Terrain Armored Transport, AT-AT) eran una metáfora de elefantes de hormigón armado o vaya usted a saber de qué, capaces de derribar las barreras defensivas de los rebeldes a base de cañonazos láser. Luke, muy listo, tuvo la genial idea de bloquear sus patas con cuerdas de acero, pero era demasiado tarde. Todos huyen y a él se le aparece Obi Wan Kenobi al estilo Virgen de Fátima con una instrucción: debe ir a Dagobah y preparar oposiciones para jedi con el maestro Yoda. Pues nada, otra estirada de unos cuantos millones de kilómetros. Ya encontraremos una gasolinera Repsol y a sumar puntos en la Travel Club. Seguro que de esta te ganas la sartén antiadherente.
16/04/2017
