En esta visión, atisba una sociedad chilena del futuro sumamente individualista y centrada sólo en el consumismo. Un sistema de libre mercado sembrando miseria en la nación, a pesar de vistosos e inmensos edificios, los más altos del continente sudamericano. Una imagen lo remece, gente de tercera edad muriendo en soledad, con una pensión paupérrima y sin asistencia médica adecuada durante una pandemia que alerta el espíritu humano de todo el orbe.
En su visión del futuro de Chile, presencia protestas multitudinarias en una primavera muy lejana del año 2019, estas impulsan una nueva nación, en el año 2022, con una renovada constitución política junto al semblante honesto de integrantes del Congreso Nacional, libres de corrupción.
Otra imagen se fija en su mente: pacíficos jóvenes con sus ojos velados de por vida, producto de la violencia policial. Observa en el Congreso Nacional en Santiago, un extraño aparato que lee la mente de los diputados y senadores el cual se anticipa a los individuos proclives a sobornos e interviene en su trabajo legislativo, para asegurar el bienestar de Chile y no de un grupo económico determinado.
En Atacama, una materia blanquecina, su textura semejante a la sal, se convierte en la riqueza más importante del país, generando fábricas de curiosas cajetillas utilizadas en aparatos logrando comunicación telefónica inalámbrica entre las personas en cualquier lugar del mundo y otras cajas más grandes, logran el funcionamiento de automóviles sin contaminar.
En un futuro muy, muy lejano, ve imágenes impactantes, aturrullando aún más su entendimiento. La costa de Perú desde Tacna, hasta Coquimbo Chile, sumergida en el océano pacífico. En el sur del país, los campos chilenos con una severa sequía, mientras el norte grande, florece maravillosamente.
Un gobierno universal, un nuevo orden mundial, dicta normas políticas y leyes comerciales e incluso religiosas para todo el orbe. Renovados y agresivos virus desde Oriente y Mongolia arremeten contra el mundo. Las personas podrán contraer matrimonio con; animales, robots, personalidades virtuales, adultos con niñitas. Lo bueno y lo malo se confunde con nuevas ideologías.
El portal del futuro se cierra en su mente, con la suavidad del besar de una amante y el minero reflexiona sobre su vida: " Tuve tanto y no supe dar el verdadero valor a mi familia, mis amigos, a mi país."
Gota a gota de sangre, la vida de este minero, se despide de la sequedad del desierto de Atacama, del frío en invierno, que penetra profundamente los huesos en Calama, el recuerdo de la chimenea de la fundición de Chuquicamata, su capacidad intelectiva desaparece ... ya no está.
Su anhelo de pervivir se apaga.
Estos hechos referidos por Guillermo, antes de expirar a Juan Mammai y él, a su hija Elaine Mamani Ramos, la cual solicitó que narrara esta verdad, desconocida hasta nuestros días.
Los restos del minero descansan en paz, en el Cementerio General en la capital de Chile junto a su amada Mireya. Se desconoce el domicilio de sus hijos e hijas, debido al acoso de este demonio por la exclusiva calidad del ADN familiar de Guillermo en su descendencia. Huyen hasta hoy, del acecho del chupacabras.
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