miarroba
El fotolog de carmenchitah

El Autor es Ogmandino. Tiene una excelente colecion de libros de autoayuda. Los citados parrafos son del libro Titulado
"EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO"

CAPÍTULO XII
EL PERGAMINO NÚMERO CINCO

Viviré este día como si fuese el último día de mi vida.
¿Y qué haré con este último día de valor incalculable que me queda? Primero, sellaré el contenido de la vida de manera que ni una gota se derrame sobre la arena. No perderé ni un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer, porque ¿por qué debo desperdiciar lo que es bueno en lo malo?
¿Puede la arena deslizarse hacia arriba en el reloj? ¿Saldrá el sol donde se pone y se pondrá donde sale? ¿Puedo vivir de nuevo los errores del ayer y corregirlos? ¿Puedo hacer que retornen las heridas del ayer y sanarlas? ¿Puedo volverme más joven que ayer? ¿Puedo desdecirme del mal que he hablado, anular los golpes que he asestado, el dolor que he provocado? No, el ayer ha quedado sepultado para siempre y no pensaré más en él.
Viviré hoy como si fuera el último día de mi existencia.
¿Y qué haré entonces? Olvidándome del ayer, no pensaré tampoco en el mañana. ¿Por qué arrojaré el ahora detrás del quizá? ¿Puede la arena del mañana correr por el reloj antes que la de hoy? ¿Nacerá el sol dos veces esta mañana? ¿Puedo realizar las tareas del mañana mientras me hallo en la senda del hoy? ¿Puedo poner el oro del mañana en la bolsa del hoy? ¿Puede el niño del mañana nacer hoy? ¿Puede la muerte que se producirá mañana proyectar hacia atrás su sombra y oscurecer el gozo de hoy? ¿Debo preocuparme de acontecimientos que quizá nunca contemple? ¿Debo atormentarme con problemas que tal vez nunca ocurran? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer, y no pensaré más en él. Viviré este día de mi existencia.
Este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad. Saludo este amanecer con exclamaciones de gozo, como un preso a quien se le conmuta la sentencia de muerte. Elevo mis brazos con agradecimiento por este don inapreciable de un nuevo día. Así también me golpearé el pecho con gratitud al considerar a todos los que saludaron la salida del sol del ayer y que hoy no figuran entre los vivos. Soy en realidad un hombre afortunado, y las horas de hoy Constituyen algo extra, inmerecido. ¿Por qué se me ha permitido vivir este día extra, cuando otros, mucho mejores que yo, han muerto? ¿Será acaso que han cumplido su propósito mientras que el mío está aún inconcluso? ¿Es ésta otra oportunidad de convertirme en el hombre que yo sé que puedo ser? ¿Existe un propósito en la naturaleza? ¿Es éste mi día para distinguirme?
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia.
Tengo tan sólo una vida, y la vida nada es sino una medida del tiempo. Cuando malgasto una destruyo al otro. Si malgasto el hoy destruyo la última página de mi vida. Por lo tanto, trataré con ternura y afecto cada hora, porque no retornará jamás. No puede conservarse hoy para ser usado mañana, ¿quién puede atrapar al viento? Asiré con ambas manos cada minuto de este día y lo acariciaré con afecto puesto que su valor es incalculable. ¿Qué hombre moribundo puede comprar el hálito de otro aunque esté dispuesto a dar por él todo su oro? ¿Qué valor asignaré a las horas que me quedan? Las consideraré inapreciables.
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia.
Eludiré con ahínco a todo aquello que mata el tiempo. A la indecisión destruiré con la acción; sepultaré las dudas bajo la fe; el temor destruiré con la confianza. No escucharé a los labios ociosos; no me quedaré donde hay manos ociosas; a personas ociosas no visitaré. De aquí en adelante sabré que el cortejar la ociosidad equivale a robar alimentos, ropas y calor de aquellos a quienes amamos. No soy ladrón. Soy un hombre que siente cariño en su corazón y hoy es mi última oportunidad de demostrar mi cariño y mi grandeza.
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia.
Los deberes de hoy cumpliré hoy. Hoy acariciaré a mis hijos mientras son niños aún; mañana se habrán ido, y yo también. Hoy abrazaré a mi mujer y la besaré dulcemente; mañana ya no estará ni yo tampoco; hoy le prestaré ayuda al amigo necesitado; mañana ya no clamará pidiendo ayuda, ni tampoco yo podré oír su clamor. Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo; mañana no tendré nada que dar, y no habrá nada que recibir.
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia.
Y si es mi último día, será mi monumento más grande. Este día haré el mejor de mi vida. Este día aprovecharé los minutos hasta su máximo. Lo saborearé y daré gracias. Aprovecharé Indas las horas y a los minutos canjearé solo por algo de valor. Trabajaré con más ahínco que nunca y exigiré a mis músculos hasta que pidan el alivio, y aún así continuaré. Haré más visitas que nunca. Venderé más mercancías que nunca. Ganaré más oro que nunca. Cada minuto de hoy será más fructífero y fecundo que las horas de ayer. Mi último día deberá ser mi mejor día.
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia.
Y si no lo es, caeré de rodillas y daré gracias.

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REGALOS DE AMOR

REGALOS DE AMOR...
En el centro de mi ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía:
"REGALOS DE AMOR". Entré. Un anciano con mirada de niño atendía a los clientes.
- Qué vende? –le pregunté
- Vendo cualquier regalo de amor
- Son caros?
- No, los regalos de amor siempre son gratis. Miré los estantes. Estaban llenos de "ánforas de confianza", "frascos de valor", "jabones de consciencia" , "cajitas de energía" y muchas cosas más…
Tenía la necesidad de todo aquello. Me dirigí al anciano.
-Me das una cajita de cada cosa, por favor?
Me sorprendí al ver que, el anciano me había hecho un pequeño paquete que colocó sobre el mostrador. Cogí el paquete, lo puse en la palma de mi mano, lo miré y exclamé:
-Esto es todo? –el anciano con voz suave me explicó:
- Si es todo. La vida no da los frutos maduros, sólo las semillas que cada uno debe cultivar. Confundida le di las gracias y me despedí con una tímida sonrisa.
Aunque decepcionada, durante el trayecto a mi apartamento con aquellas semillas en las manos me sentía poderosa. Una vez en casa cerré la puerta y me eché sobre la cama. Por primera vez en mi vida prestaba atención a unas pepitas insignificantes. Mientras disfrutaba de la tranquilidad y el silencio de mi habitación, no pude evitar una sensación de esperanza.
A medida que pasaban los días mi júbilo iba decreciendo. Mis miedos a cometer errores me paralizaban. Cada vez que tenía que tomar una decisión para hacer crecer mis semillas preguntaba a los amigos. Debido al desconocimiento de los entendidos, decidí preguntarles a personas desconocidas. Nadie se ponía de acuerdo. Como resultado, al poco tiempo de visitar la tienda, dejé mi trabajo, cogí una mochila y recorrí varios países. No encontré respuestas.
Nuevamente en mi apartamento, mirando mis semillas y con más confusión en mi cabeza, lloré.
A la mañana siguiente, me desperté con la firme idea de volver a la tienda de regalos. Mientras caminaba hacia el mostrador me di cuenta que el anciano me sonreía.
-Te esperaba. Has tardado mucho en volver.
- Estaba convencida que al tener las semillas todo sería más fácil, pero no ha crecido nada. -le enseñé el paquete que me regaló cuatro años atrás. El anciano clavó su mirada en la mía.
-Querida muchacha, quizás hayas aprendido la lección más importante. "El miedo no deja crecer nada." –Al escuchar sus palabras, sentí la liberación de una respuesta que yo tenía atrapada. Observé los rasgos del hombre, sus ojos tenían un halo gris que marcaban una mirada pausada.
- No hay que tener miedo de cometer errores. Los errores son una parte importante y necesaria del proceso de aprendizaje
- Dígame, cómo sabe que no se equivoca? — le pregunté
- Te lo resumo en dos palabras: buenas decisiones –contestó. No conforme con la respuesta, pregunté de nuevo
- Y cómo logra tomar las decisiones correctas?
- Te lo resumo en una palabra, experiencia. La conversación ,cada vez se volvía más confusa para mí. Insistí.
-cómo ha conseguido su experiencia?
-Lo resumo en dos palabras: malas decisiones. –En su frente se marcaban arrugas.
-con el paso del tiempo, al cometer errores, vamos aprendiendo y creciendo, ¿te has sentido mal últimamente por algún error que hayas cometido?
- Sí, alguna vez.
- Entonces analiza qué fue lo que hiciste mal, asegúrate de no volver a hacerlo. Perdónate y sigue adelante. –Se detenía y fijaba sus ojos en los míos.
- Cuando no sientas la suficiente confianza como para arriesgarte a hacer algo, recuerda que inclusive las malas decisiones pueden ser una excelente oportunidad de evolución. La única manera de aprender a tomar buenas resoluciones, es tomando algunas malas. Así, que no lo pienses más. Atrévete a tomar malas decisiones. Hazlo con todo tu valor, a fin y al cabo te convertirán en una persona más sabia y tus semillas darán sus frutos.
Durante aquella noche y las noches siguientes consideraba las palabras del anciano.
Ahora estoy segura de que el día que entré en aquella extraña tienda de regalos de amor, se inició en mí una metamorfosis

0014
HOLA  A TODOS REGRESEEEEEEEE

HOLA AMIGUITOS COMO ESTAN LOS EXTRANE A TODOS GRACIAS POR ESCRIBIRME Y POR LOS REGALITOS QUE ME DIERON ESPERO QUE TEBGAN UNAS LINDAS PASCUAS Y MUCHAS BENDICIONES, LOS EXTRANE Y ESTAR EN CASITA ME HIZO FALTA
BESITOS Y BENDICIONES












UN REGALITO QUE ME HIZO CATTHY POR MI CUMPLE {30 MARZ0} ESTA BELLO MIL GRACIAS Y NO SE OLVIDEN DE SONREIR
BESOSSSSSS

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UN CUENTO ARABE SOBRE LA AMISTAD

Un cuento árabe sobre la amistad

A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un viejecito
que se encuentra descansando:
-¿Qué clase de personas hay aquí?

El anciano le pregunta:
"¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?"

-"Oh, un grupo de egoístas y malvados" replicó el joven.
-"Estoy encantado de haberme ido de allí."

A lo cual el anciano comentó:
"Lo mismo habrás de encontrar aquí."

Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis, y viendo al
anciano, preguntó:
-"¿Qué clase de personas viven en este lugar?

"El viejo respondió con la misma pregunta:
"¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?"

-"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me
duele mucho haberlos dejado."

"Lo mismo encontrarás tú aquí", respondió el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
-"¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?

A lo cuál el viejo contestó:
"Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquél que no
encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa
aquí.
Aquél que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá.

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Acerca deFoto de carmenchitah

carmenchitah

Mujer, 58 años

Estados Unidos

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