A vueltas con el sostén

Una norteamericana llamada Mary Phelps Jacob, hizo fortuna al patentar en 1913 un modelo de sujetador que hizo furor entre las damas de la época. Es por ello que este año hemos podido leer en prensa que el sostén cumplía cien años.

Sin embargo, más allá de patentes, lo cierto es que la mujer siempre buscó la forma de controlar sus pechos. Así se sabe que las mujeres cretenses de hace 3.700 años ya utilizaban una pieza que los sujetaba, y en Roma las mujeres utilizaban el “strophium” un antecesor del sostén consistente en una banda de tela que, a modo de bufanda, ajustaba y exaltaba el pecho, siendo además un signo de civilización frente a costumbres bárbaras.

Recientemente se descubrieron en la restauración de un castillo del Tirol austriaco del siglo XV, piezas de ropa interior parecidas al actual sostén. En la Francia del siglo XII, se usaba el “corpiño”, y en el siglo XVI, Catalina de Médicis, esposa del rey Enrique II de Francia, introdujo las tallas ajustadas y los pechos oprimidos con sus corsés, unos modelos diseñados para estrechar la cintura de las mujeres realzando el busto, prenda que supuso 350 años de tortura para la mujer.

En el siglo XX, a partir del primer sujetador patentado por Mary Phelps Jacob, la prenda evoluciona con nuevos modelos y se convierte ya no en un accesorio puramente práctico sino en una prenda de seducción, como evidencian las modas en lencería intima femenina.