Baeza

El elemento eclesial fue clave en la distribución urbana de Baeza, pero no debemos olvidar que estamos en una ciudad  donde dejaron huella diferentes culturas; ibérica, romana, visigoda, musulmana. Beyyasa fue capital del distrito andalusí musulmán desde el Guadalquivir hasta Sierra Morena. El romancero castellano la denominó “Nido Real de Gavilanes”, por ser municipio de realengo y punto clave en la conquista del territorio.

Hoy nos podemos recrear, además de con su Catedral y las callejas medievales que la rodean, con el Palacio de Jabalquinto, los edificios de la Plaza del Pópulo, la rareza de una iglesia de Santa Cruz, única románica en plena Andalucía Alta, o la antigua Universidad, que guarda cuidadosamente el recuerdo del paso por sus aulas del poeta Antonio Machado, del que se conserva la casa donde vivió durante siete años en el pasaje Cardenal Benavides.

Veremos las fuentes de Santa María o la de Los Leones, custodiada por una estatua de la princesa Himilce de Cástulo (la misma que cada año se recrean en Cartagena sus bodas con el cartaginés Aníbal).  La plaza porticada del Mercado Viejo es desde el siglo XVI el centro neurálgico de la ciudad, lugar de ferias y fiestas, que eran contempladas por los notables desde el Balcón del Concejo, edificio barroco de principios del siglo XVIII. Sus acogedores soportales ofrecen hoy un agradable lugar de paseo y descanso.

Imagen propia: Baeza: Antiguas Escribanías Públicas, Puerta de Jaén y Arco de Villalar.