Cambiar el mundo

Es opinión bastante generalizada que tras la pandemia del covid 19 el mundo no será igual. Lo que no queda claro es en qué forma se dará ese cambio y por ello filósofos y sociólogos se afanan en encontrar las claves del cambio. 

La escritora argentina Rita Segato (Buenos Aires, 1951) escribía el pasado día 2 de mayo en el diario La Nación:   "Es muy difícil cambiar al mundo desde una ley, desde una acción del estado: el mundo cambia en la transformación de las tramas como si fuéramos arañitas que vamos tejiendo la red de relaciones a nuestro alrededor. Esta pandemia está cambiando las maneras que tejemos nuestro alrededor inmediato. La clave de la transformación posible, aunque todavía no probable, es que asomen en el horizonte otros deseos, que anhelemos otras cosas. Si cambia lo que deseamos, cambia el mundo".

Y en esto estoy bastante de acuerdo con ella. La clave está en nuestros deseos y anhelos. En este periodo de confinamiento hemos aprendido a vivir de otra manera. No hemos olvidado del consumismo para entrar en una introspección de nosotros mismos y del mundo inmediato. Y nuestros deseos y anhelos se depuran y cambian. Y ahí surge la posibilidad de cambiar el mundo porque cambiamos nosotros mismos. Nos hacemos más humanos, menos egoistas, más sensibles a esos problemas de nuestros vecinos cercanos y lejanos.

Y en esa línea está la frase del filósofo estadounidense William James (1842-1910), que ilustra este comentario.