Castillo de Praga

Presidiendo desde lo alto la ciudad de Praga, se encuentra el Castillo. En realidad más que un castillo se trata de un conjunto monemental, pues en sus 45 hectáreas de extensión encontramos palacios, fortificaciones y edificios religiosos, administrativos y residenciales que reflejan todos los estilos arquitectónicos. Sus orígenes se remontan al siglo IX y están vinculados a Bořivoj, el primer príncipe Premyslida históricamente documentado.

Entre sus distintos rincones y edificios encontramos representada toda la historia de Chequia, pues aquí residieron príncipes, reyes y emperadores de Bohemia y a partir de la constitución de la república en 1918 también los presidentes. Por todo ello una visita al Castillo puede incluir el Antiguo Palacio Real, la Catedral de San Vito, el callejón del Oro, la Basílica de San Jorge, el Palacio Lobkowitz o la Torre de la Pólvora entre otros puntos de interés.

Sin duda destaca la impresionante Catedral de San Vito, la mayor muestra de arte gótico de Praga. Sus obras se iniciaron en 1344, dirigidas por el arquitecto francés Matías de Arrás, y no se culminó hasta seis siglos después, a finales del año 1929 cuando se completaron las dos torres y la fachada sur.

Su interior presenta una planta de tres naves con un transepto, deambulatorio y capillas. Alberga la tumba de Wenceslao IV (El rey bueno), las Joyas de la Corona, y es el lugar de coronación de los reyes de Bohemia.

Imagen propia: Foso y muros exteriores del Castillo de Praga, en cuyo interior destaca la Catedral de San Vito.