Castillo de Uclés

Durante siglos la principal razón de Uclés fue su Castillo, antigua fortaleza musulmana, construida a finales del siglo IX. Aquí halló asilo el califa de Córdoba Muhammad III, antes de morir envenenado por sus enemigos.

Después de la época musulmana, en 1174 Alfonso VIII cedió la ciudad a la Orden de Santiago, siendo desde entonces la casa principal de la Orden, Caput Ordinis. Por aquel entonces recibía el nombre de Castillo de Albar Llana, se extendía a lo largo de un kilómetro y tenía siete torres.

El siglo XV fue una época turbulenta para la Orden, con disputas y guerras para hacerse con el maestrazgo. Finalmente en 1474 se impone Rodrigo Manrique de Lara, I conde de Paredes de Nava, a quien sucedió Alonso de Cárdenas, Adelantado mayor de Andalucía. A su muerte en 1493, los Reyes Católicos solicitaron al Papa que les declarara administradores de la Orden, cargo que ejerció Fernando el Católico desde 1494 hasta 1516, fecha en que Carlos I unificó las Órdenes militares en la Corona.

El castillo, propiamente dicho, deja de existir en 1528, cuando fue derribado, en buena parte, para la construcción del Monasterio. Actualmente solo se conservan las tres torres y la muralla perimetral. Hablamos de la Torre del Homenaje, unida a la Torre de la Plata mediante un puente. En el extremo opuesto está la Torre Albarrana, entre ellas se extiende un lienzo de la muralla. A excepción de la Torre Albarrana que sí presenta vanos y troneras, tanto la Torre del Homenaje como la de la Plata sobresalen por su aspecto compacto sin apenas aberturas al exterior.

De la Edad Media se conserva además un lienzo con forma de dientes de sierra y un segundo cinturón amurallado, al que pertenece la Puerta del Agua.

Torre del Homenaje

Torres del Homenaje y de la Plata, unidas por un arco

Torre Albarrana