Crónica del día

Este lunes, 17 de Septiembre, amanece nublado en Cartagena, aunque sin lluvia. Como cada lunes hoy vendrá la asistenta que me limpia semanalmente la casa. Y como cada lunes me escaparé de casa para dejarla hacer su trabajo sin ganarme ningún escobazo. Generalmente lo hago porque los lunes tengo gimnasio o simplemente para hacer alguna gestión. Pero el gimnasio, como el curso universitario, no comienza hasta Octubre y la pasada semana dediqué jueves y viernes a gestiones de bancos y otras varias después de estos dos meses de playa. Así pues, simplemente saldré de casa porque sí. Porque me apetece dar un paseo por la ciudad hoy que el sol no calienta.

Antes de nada he echado un vistazo al estante de libros pendientes de lectura. Últimamente he leido mucha novela negra y necesito desintoxicarme de ese género. Cojo "Secretos del arenal" de Félix González Modroño, que fue premio Ateneo de Sevilla 2014. Y con él bajo el brazo salgo a la calle. La primera parada es para desayunar. Me siento en una terraza del Paseo Alfonso XIII y pido un café con leche largo y tostada de tomate. También me pido el periódico local para ojear la actualidad. Leo que Renfe pone hoy en servicio un "tren híbrido" que acortará el viaje entre Cartagena y Madrid en treinta minutos. ¡Vaya!. Aquí que en comunicaciones ferroviarias estamos como en el siglo XIX, parece que nos modernizan con una tecnología ya superada en otras comunidades españolas. Teniendo en cuenta que la Comunidad Murciana es el culo de España y Cartagena el culo de la Comunidad Murciana habrá que estar contento. Por lo demás los lunes domina en la prensa la información futbolística. Aquí la noticia es mala pues nuestro "Efesé" perdió su partido en casa con el UCAM de Murcia en un inesperado mal inicio del campeonato.

Pasa por el Paseo Alfonso XIII, Lali, una compañera de Universidad que tiene a bien sentarse conmigo un ratito para charlar de como nos ha ido el verano y comentar las perspectivas del nuevo curso que para nosotros, una vez graduados, será de "especialización e investigación". La encuentro bastante mejorada de los problemas de flebitis que le aquejaron el curso pasado. Nos despedimos hasta dentro de unos días.

Terminado el desayuno, continuo mi paseo por Plaza Juan XXIII eslabón entre el casco histórico y el ensanche de la ciudad y por tanto lugar de paso de muchas personas. Terrazas de bares, pequeños comercios, instalaciones de recreo para niños y bancos para los abuelos, jalonan la plaza levantada sobre lo que fue antiguamente patio de armas del Parque de Artilleria cuyo edificio alberga actualmente el Museo Histórico Militar. Sin embargo los lunes es día de descanso tanto para algunos museos como para buena parte de los restaurantes de la ciudad. Me siento en uno de los bancos y leo las primeras páginas del libro que parece que puede estar bien.

Continuo mi andares por la Plaza de la Merced, que pide a gritos una reurbanización, que poniendo en valor los restos arqueológicos le devuelva parte de su antiguo esplendor. Subo por el Bulevar José Hierro, surgido de la actuación urbanística que eliminó los edificios de las calles del Ángel y del Alto, y que asciende sobre la calzada romana (redenominada "Cardo de Salvius") que conducía al anfiteatro.Nuevamente tomo asiento y continuo con la lectura. En esto acierta a pasar un señor mexicano que se admira de encontrar a alguien leyendo. Lo normal es estar con el móvil en la mano pero leyendo ya es raro. Como dicen ellos, platicamos un ratito sobre la cultura actual y cómo la televisión intenta decirle a la gente lo que tiene que pensar y las ideas individuales claudican ante la incultura. Pero le indico que siempre hay esperanza. Que también hay jóvenes que leen y piensan por si mismos. Nos despedimos y yo continuo hasta la Casa del Estudiante edificio universitario donde los jóvenes no solo encuentran su propio espacio de ocio sino también de apoyo en sus necesidades de formación. Entro para tomar un refresco en su cafetería rodeado de esos jóvenes con inquietudes, lo que siempre es enriquecedor.