Domingo de Pentecostés

Tras Navidad y Pascua, Pentecostés es la tercera fiesta más importante del calendario litúrgico cristiano. Tiene su origen el la Fiesta judía de las Semanas, que tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos, durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. Lo que inicialmente era una acción de gracias por las cosechas se transforma en la celebración de la entrega de la Ley a Moisés en el Monte Sinaí, cincuenta días después del éxodo. 

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles. A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría. "Se produjo desde cielo un estruendo, semejante a una fuerte ráfaga de viento (...)Todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 2 1.4)

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido (...)

Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. (De la Secuencia de Pentecostés)

Imagen: Fragmento de "Pentecostés" de El Greco. Museo del Prado de Madrid.