El sueño de Kekulé

El funcionamiento del cerebro humano sigue siendo en buena medida un misterio. Y una parte de ese misterio es saber cómo funciona nuestro cerebro cuando soñamos. Lo que parece evidente es que existe una relación con lo que experimentamos y pensamos durante la vigilia, de manera que nuestros problemas y obsesiones afectan a lo onírico. Así que no es sorprendente que la mente continúe buscando respuestas a nuestros problemas mientras dormimos. 

Y esto le ocurrió al químico orgánico alemán August Kekulé (1829-1896), uno de los principales fundadores de la Teoría de la Estructura Química y que ha pasado a la historia por descubrir la estructura del benceno, el conocido hidrocarburo aromático usado principalmente como materia prima en la síntesis de un gran número de productos, siendo también un componente de la gasolina.

Pues bien, el propio Kekulé explicó en una conferencia que pronunció en 1890 que este descubrimiento lo consiguió a través de un sueño: “Estaba sentado escribiendo en mi cuaderno, pero mi trabajo no progresaba; mis pensamientos se dirigieron hacia otra parte. Giré la silla hacia el fuego y me adormecí. Los átomos estaban saltando ante mis ojos. Mi ojo mental podía distinguir ahora estructuras más grandes de configuraciones diversas; largas filas, a veces agrupadas más estrechamente, todas retorciéndose y retorciéndose en un movimiento parecido al de una serpiente. ¡Pero, mira! ¿Qué es aquello? Una de las serpientes se había mordido su propia cola, y la forma giraba burlonamente ante mis ojos. Como si se hubiera producido la chispa de un relámpago, me desperté; y esta vez pasé el resto de la noche desarrollando las consecuencias de la hipótesis”

Y es que aunque los sueños, sueños son, también pueden contribuir al desarrollo de la humanidad.

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