En el viaje de la vida

"En el viaje de la vida la fe es alimento, los actos virtuosos cobijo, la sabiduría es luz de día, y la atención protección de noche. Si un hombre vive una vida de pureza nada puede destruirle. Si ha vencido a la avaricia nada podrá limitar su libertad". (Buda, 566 a.C-478 a.C)

En el viaje de la vida necesitamos un apoyo ético y espiritual. Las religiones, en general, nos proporcionan una guía positiva para andar este camino. Si conseguimos despojarlas de los aditivos humanos que las usan en su beneficio, tendremos un faro de luz que nos iluminará el camino.

Buda era hijo de un rey, criado en la abundancia, se casó y tuvo un hijo. A los 29 años cambió su vida cuando en un paseo fuera de su palacio observó a una persona enferma, más tarde a un anciano y finalmente un cadáver. Quedó impresionado y razonó que aunque fuese rico también pasaría por la enfermedad, la vejez y la muerte. Después de aprender de sus maestros quería seguir buscando la sabiduría. Pasó una noche entera meditando bajo un árbol y finalmente le llegaron todas las respuestas que buscaba, entre ellas que para alcanzar la felicidad es necesario tener disciplina mental. Desde ese momento de iluminación se convirtió en Buda, el iluminado.

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