En la Bienal de Arte de Venecia

La colombiana Mónika Bravo (Bogotá,1964), la macedonia Elpida Hadzi-Vasileva (Kavadarci,1971) y el fotógrafo mozambiqueño Mário Macilao (Maputo,1984) son los tres jóvenes artistas que de la mano del cardenal Gianfranco Ravasi, exponen en el pabellón que  el Vaticano ha abierto en la Bienal de Arte de Venecia.

Pocos dudan ya de que de la mano audaz del Papa Francisco, la Iglesia ha encontrado ese necesario camino hacia la modernidad, cuyas puertas abrió el Concilio Vaticano II, pero que hasta ahora se veían en buena medida entornadas por el conservadurismo de una parte del episcopado.

Y para muestra este Pabellón, donde los artistas responden al reto de interpretar el prólogo del evangelio de San Juan con obras que poco o nada tienen que ver con los cristos, vírgenes y santos que satisfacen las necesidades habituales del culto.

 “En el principio era la Palabra (…..) y la Palabra se hizo carne” (Jn 1,1-14)

Quizá la más controvertida pueda ser Monika Bravo, quien elabora una obra de carácter abstracto que se despliega en seis pantallas. Y cuyo título, "Arque- tipos: el sonido de la Palabra está más allá del sentido", define con precisión la respuesta que da a los textos del apóstol San Juan. Una obra que entra de lleno en la tesis de la inconmensurabilidad del sentido,que si sabemos interpretar correctamente conjuga a la perfección con la teología de un Dios trascendente e inconmensurable.

Imagen: Obra de Mónika Bravo