Héroes de las epidemias

Las epidemias se han sucedido a lo largo de la historia, siempre con su rastro de enfermedad y muerte, entre tufos de temor, miseria y superstición. Pero en medio de ellas siempre surgieron figuras que se entregaron en el socorro a los afectados. Son los héroes de las epidemias.

Buscando algún ejemplo en la historia de las epidemias en Cartagena, surge la figura de María Valarino y Sixto, distinguida por su comportamiento durante la epidemia de cólera morbo asiático que afectó a la ciudad en 1885. Si bien la epidemia se extendió en 1884, afectando a los barrios de Santa Lucía y San Antón con 262 casos registrados al interior del recinto amurallado, no llegó hasta 1885. 

María Valarino era hija del industrial Tomás Valarino, propietario y socio de la Fábrica de Cristal de Santa Lucía y de la Fábrica de Cerámica "La Amistad" y esposa del ingeniero militar Joaquín Togores y Fábregues. Cuando se declara la epidemia en Cartagena y toda la burguesía huía aterrada de la ciudad, buscando lugar seguro en el campo, María Valarino y su esposo vinieron desde Madrid para prestar ayuda a los necesitados.

Otras personas  también tuvieron una destacada labor para evitar la propagación de la epidemia, como fueron el médico de la Armada Federico Montaldo, el joven farmacéutico Luis Mínguez Moreno y el secretario de la Academia Médico Farmacéutica, Arturo Massoti, todos ellos integrantes del constituido Servicio Medicomunicipal que junto a otros siete médicos consiguieron que las muertes solo ascendieran en Cartagena a 159 de los 2.323 casos detectados.

Terminada la epidemia, María Valarino recibió del gobierrno la Gran Cruz de Beneficencia de 1ª clase y el pueblo de Cartagena puso una noche en su casa de la Pz. San Francisco una lápida con una inscripción de agradecimiento.

Hoy, desde nuestro confinamiento por la expansión del COVID 19, vemos como cada día la ciudadanía sale a los balcones a aplaudir a quienes desde la sanidad, los cuerpos de seguridad o los voluntariados se esfuerzan por hacer posible que la pandemia no alcance proporciones mayores. A todos ellos, desde este fotolog, nuestro aplauso.

Imagen de internet: Pabellón de sanidad marítima de Cartagena, durante la epidemia de 1885.