Hierros olvidados

La edad del Hierro que abarca aproximadamente entre los años 1.500 y 500 a.C. es la etapa más avanzada de la prehistoria, donde muchas civilizaciones dejaron de ser nómadas. Aunque no podían alcanzar temperaturas de fusión, depuraban el hierro mediante el martilleo (forjado) y enfriándolo con rapidez (templado). Esta tecnología del hierro supuso un gran avance en la explotación de recursos agrícolas y en el campo militar. Se cuenta que los dorios con  sus espadas de hierro rompían con gran facilidad las espadas de bronde de los jonios y otros pueblos mediterráneos.

En España las minas de Riotinto fueron explotadas por tartesios, fenicios, cartagineses, romanos y musulmanes, buscando el cobre, la plata y, por supuesto, el hierro. En 1873 la compañía inglesa Río Tinto Company Limited compró estas minas, modernizó la maquinaria, racionalizó la explotación y se puso a ordeñar al tierra con tal intensidad que en un año se extraía más mineral que antes en un siglo. El saqueo duró hasta 1954, cuando su explotación dejó de ser rentable y la mina volvió a manos españolas. Todo ello condicionó un paisaje único dominado por el ocre y el rojo de los viejos metales y una ecología extrema con microorganismos acidófilos que se alimentan de minerales. 

La imagen de Javier González Prieto, muestra la pátina que el paso del tiempo deja sobre las abandonadas explotaciones, que parecen querer contarnos una historia que tiene su origen en el mismo nacimiento de nuestro planeta.

Imagen: Javier González Prieto