Isidoro Máiquez

El gran genio de la escena de los siglos XVIII y XIX, el hombre que cambió los conceptos de la interpretación en España, Isidoro Máiquez, falleció en Granada el 18 de Marzo de 1820. Se cumplen exactamente 200 años. Y este fotolog quiere recordarle en este Bicentenario.

Máiquez nació en Cartagena el día de San Patricio, 17 de Marzo, del año 1768. Hijo de un tejedor de seda, cuando la crisis llegó a la sedería, se unió con su padre a una compañía valenciana de cómicos de la legua, naciendo así su vocación por el teatro.

Máiquez se casó en Valencia con Antonia Prado, la actriz más completa de la época. Pero Máiquez no aceptaba ser solamente "el marido de la Prado". En 1796, comienza a cosechar éxitos sobre el escenario, con obras de Calderón, Guillén de Castro y Villegas, ganando en importancia y consideración. En 1798, reconciliado con su mujer, se pusieron al frente de una compañía que había de actuar en los reales sitios, donde se cimentó la fama del actor cartagenero. En 1799 Máiquez entra como primer galán en la compañía de Francisco Ramos.

Ansioso de perfeccionarse obtiene de Godoy una pensión de 100 francos mensuales, para marchar a Francia a estudiar a los maestros galos, como Clausel o Lafont y en especial al famoso actor trágico Francisco José de Talma. De regreso a Madrid en Marzo de 1801, organiza una compañía en el teatro Los Caños de Peral, representando toda clase de obras. Sería con la representación de "Otelo" en 1802, donde su talento de gran actor quedó consagrado solemnemente, siendo proclamado el mejor cómico de España.

Los avatares políticos de la época y el hecho de ser hombre liberal, inquieto y arrojado, le acarrearon no pocos problemas. Encarcelado en Francia por participar en los sucesos del 2 de Mayo en Madrid. Se le hizo venir de Bayona, para que formara la nueva Compañía del Teatro Príncipe, debutando con "Orestes" el 26 de Mayo de 1809. De esta forma reanuda su actividad, con el beneplácito del gobierno del rey José. Durante esta etapa no cesan sus éxitos.

A pesar de su reconocida ideología liberal, Fernando VII asistiría en 1815 a la representación de "Federico III", aplaudiéndole con reconocimiento. Con posterioridad el rey asistiría en repetidas ocasiones a presenciar su artística labor. Su éxito era total y aparecieron por primera vez los revendedores de billetes para los teatros.

Sin embargo su fuerte adicción al tabaco le condujo a la afonía que junto a las toses le dificultaban su puesta en escena. Por ello deja de ser el divo que era hasta ese momento. Agotado, enfermo, sin capacidad de trabajo y abandonado sentimentalmente por su mujer, en soledad, sin familia, pero por encima de todo sin público, Máiquez marchó a Granada, donde entró en un periodo de locura, mezclando los recuerdos de los papeles que representó con las cosas y personas que le rodeaban. El hombre que había cambiando el modo de representar en exceso afectado, aparatoso y rebuscado, para implantar la naturalidad, la sencillez y la elegancia, falleció, recuperando la lucidez, aquel 18 de Marzo de 1820. Se cumplen 200 años.

Imagen: Inauguración en 1927 del Monumento a Isidoro Máiquez, en su ciudad natal de Cartagena.