La Real Fábrica de Lanillas de Cartagena

Hoy vamos a recuperar un poco de nuestra historia. En el siglo XVIII, la dinastía borbónica decide impulsar la actividad naval con la creación de cuatro importantes arsenales: Ferrol, San Fernando, Cartagena y La Habana.  

Puesto en funcionamiento el Arsenal de Cartagena, van configurándose las distintas dependencias, entre las que se integran la Fábrica de Jarcias, la de Lonas y la de Lanillas. La Real Fábrica de lanillas del Arsenal de Cartagena se establece por Real Orden de 28 de Mayo de 1752, con la función de proveer de lanillas, paños y mantas al personal, buques y dependencias de la Armada. Primeramente se instaló en una nave próxima a los almacenes de desarmo del muelle de Levante y en 1764 pasó a una sala del edificio de Teneduría o Almacén General. Su director fue el Maestro Mayor de Lanillas Alfonso Mellado. La fábrica daba ocupación a peinadores, caldadores, canilleros, tejedores y un peón de custodia. Sin embargo la verdadera fuerza laboral eran las mujeres hiladoras y desmontadoras, que al tener prohibida la entrada al Arsenal, trabajaban en sus casas y que eran reclutadas por el propio Mellado.

Paralelamente la Armada disponía de un edificio en el Barrio de Fuente Cubas conocido como Casa de los Tintes, que constituía una prolongación de la Real Fábrica. En 1757 debido al exceso de producción, la fábrica cierra, volviendo a reanudar su actividad en 1764. Por necesidades presupuestarias, la fábrica cesó su actividad a finales de 1769, de forma que el abastecimiento para la Armada se realizó desde las Reales Fábricas de Granada y Guadalajara.

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