La voladura de la Alhambra

Terminado nuestro viaje por tierras granadinas iremos paulatinamente recordando rincones, vivencias, historias y curiosidades que hemos ido contemplando. La Alhambra de Granada es univesalmente conocida. Al-Ahmar, fundador de la Dinastía nazarí, se instala en 1238 en la antigua Alcazaba del Albaicín, llamándole la atención las ruinas de la colina de la Alhambra. Decide entonces iniciar su reconstrucción e instalar en ella la sede de la corte, comenzando la edificación de la Alhambra que hoy conocemos, palacio, ciudadela, fortaleza y residencia de los sultanes nazaríes.

Menos conocido es el hecho de la voladura de la Alhambra que efectuaron las tropas napoleónicas. Es bien sabido que los franceses durante el periodo de la invasión de España practicaron el saqueo, el pillaje y la destrucción allá por donde pasaron. Cuando las tropas francesas del general Horacio Sebastiani, llegaron a Granada en enero de 1810, convirtieron la Alhambra en su cuartel general, jalonado de piezas de artillería que amenazaban a la ciudad de Granada ante posibles levantamientos, mientras los soldados franceses no dudaron en utilizar como combustible la madera de armaduras, artesonados, imágenes, puertas y vigas del Palacio de Carlos V y de la Iglesia de Santa María de la Alhambra. Pero lo peor llegó cuando el 17 de septiembre de 1812 abandonaron Granada. El mariscal francés Jean de Dieu Soult ordenó volar por los aires las fortificaciones de la Alhambra. Las torres del recinto fueron explotando una tras otra hasta que, cerca ya de los palacios nazaríes, apareció la figura de un héroe: el cabo de Inválidos José García (quien había perdido una mano y herido grave en una pierna en la Batalla de Bailén) obstaculizó el hilo de pólvora con su propio cuerpo, evitando una pérdida histórica irreparable. Las partes más dañadas por las explosiones fueron las diez torres de la zona alta, la Torre de los Siete Suelos, la Torre del Agua y la del Cabo de la Carrera.

En reconocimiento de esta gesta, la vigilancia de los recintos de la Alhambra fue encomendada al Cuerpo de Inválidos, concretamente se encargaron del cuidado de los bosques, parques y jardines.