Libertad no entiende de siglas.

Dios hizo al hombre totalmente libre, incluso para cometer las mayores atrocidades. Sin embargo rara vez el hombre alcanza la libertad plena.

En el orden externo, delimitada en ocasiones por el propio orden social que impone vasallajes y esclavitudes. En otras por el imperativo ideológico, custodiado por inquisidores y fuerzas políticas. Y en el orden interno por nuestras propias ideas, prejuicios y servidumbres que nos coartan más de lo que nosotros mismos sospechamos. 

Pero lo inaceptable,a mi entender, son esos partidos políticos que se presentan como salvaguarda de la libertad. La idea de la izquierda y la derecha parte de la Revolución Francesa. Y desde entonces ambas se han convertido en prejuiciosas. Todas las formas extremas de la derecha y de la izquierda han sido sectarias, fanáticas y violentas. Y si desde la extrema derecha se tiende la la prohibición, desde la extrema izquierda se usa otra arma letal, la intolerancia con el disentimiento. Aunque, bien mirado, ambas cosas son lo mismo. 

Ser libre es poder alzar el vuelo aunque no tengamos alas. Y desde luego para ello hemos de distanciarnos tanto de la derecha como de la izquierda, por mucho que nos quieran vender la moto en sus campañas electorales. 

Ya lo dejó escrito Miguel de Cervantes: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".

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