Transilvania entre la historia y la leyenda.

Desde que en 1827 el irlandés Bram Stoker creara el personaje del Conde Drácula, para los extranjeros, Transilvania se ha unido a la leyenda de este personaje, de tal manera que casi ignoramos la rica historia y la colorista y variada realidad de este territorio.

Porque conocer la región de Transilvania supone entrar en un magnífico paisaje determinado por Los Cárpatos, donde se alternan bosques, valles y colinas, con ciudades medievales como Sighisoara (en la actualidad declarada patrimonio de la humanidad), castillos como el de Bram, el lago de Rosu, o Cluj, la capital transilvana.

Transilvania, constituyó la Dacia romana, y posteriormente ha sido un territorio en la frontera de Oriente y Occidente, ambicionado por Hungría que dominó el territorio hasta la llegada de los turcos en el siglo XVI, conformándose entonces el Principado de Transilvania tributario del Imperio Otomano.

Vuelve a la influencia húngara en el siglo XVII, aunque se va poblando mayoritariamente de rumanos, que escapan de las áreas de influencia turca. No sería hasta 1918 cuando se incorpora definitivamente a Rumanía. Su población es mayoritariamente rumana (75%) con una importante minoría húngara (20%), de etnia gitana (3,5%) y alemana (1%)

Imagen: Castillo de Bram, asimilado por la leyenda al Conde Drácula. (Ministerio de Turismo de Rumanía)