var isMobileBrowser=false;
Siempre tuve clara la distinción entre viajero y turista. Y siempre procuré ser un viajero.
El viajero se desplaza sin fechas, sin horarios, sin rutas preconcebidas. El viajero no está pendiente del reloj, porque a tal hora hay reservada mesa en el restaurante o tal otra te espera el guía concertado para dar un rápido vistazo a la ciudad. El viajero, antes de nada se sentará en una terraza de una céntrica plaza, pedirá una cerveza, observará a los indígenas, desplegará su mapa y probablemente hará alguna pregunta al vecino de mesa. El viajero conocerá los grandes monumentos, si, pero también visitará el mercado de abastos, los barrios periféricos, el cementerio, comprará un periódico local, conversará con las personas con las que se cruza, conocerá las formas de vida de sus gentes, las más ancestrales costumbres, vivirá sus fiestas.
La historia nos deja en Herodoto (siglo V a.C.) a quien se considera "padre de la historia", un modelo de viajero. Horodoto visitaba cada lugar con la mirada curiosa del geógrafo, el oído atento del historiador y las ideas desprejuiciadas del sabio. Podemos imaginarlo tras una agotadora jornada de viaje por caminos polvorientos cuando arribaba al lugar de destino. Después de sacudirse la arena de los zapatos y lavarse, se sentaría a compartir con las gentes. Porque Horodoto pertenecía a una cultura mediterránea de largas y hospitalarias mesas, donde en esas noches cálidas las gentes se sientan juntas en la puerta de sus casas para comer queso y aceitunas, tomar vino fresco y conversar. Cualquier huésped era admitido para contar sus historias y transmitir la información que poseyera. Y de esta manera, Horodoto se movió por todo el mundo conocido, para dejarnos su gran obra: la “Historia” o “Historias”, que fueron escritas alrededor del año 430 a.C. en dialecto jonio y que en tiempos posteriores fue dividida en nueve libros.
Durante mi vida laboral, aprovechaba los periodos de vacación para viajar. Y lo hacía solo, que es la forma idónea de viajar. En muchos casos sin un itinerario preestablecido. Llegando hasta donde los sonidos del viento me dirigían. Y así aprendí a ser viajero. Hoy, después de jubilarme, me he apuntado a viajes en grupo, programados hasta el último detalle. Viajes en los que se visitan muchos lugares, pero apenas se comprende ninguno. Y he dejado de ser viajero para convertirme en turista y hacer miles de fotos. Aunque a partir de esas fotos, puedo reconstruir los viajes y tratar de hallar sus claves.
Pero añoro mi vida de viajero. Por eso, si la salud me lo permite, en 2024 recuperaré ese espíritu libre, que te permite viajar y conocer los rincones con ojos diferentes.
"Se hace camino al andar"
Buenas tardes mi querido Fernan, pues creo que harás lo mejor, ser viajero en el próximo año, como tú muy bien dices y por ir al albedrio de uno mismo, un abrazo.
Buenas .
Ser viajero yo creo que es mas interesante .
Conociendo cosas .
Turista no está mal pero es otra ciosa ...
Un saludo.
PD:
Aunque te lo he dejado tambien en facebook, te añado la nota sobre los cigarrillos...
"La propuesta se basaría en añadir un incremento de unos 20 céntimos por cigarrillo, el equivalente a unos cuatro euros por paquete de 20 unidades. El importe se devolvería en su totalidad cuando el usuario entregase las colillas usadas en un punto de reciclaje.
Cataluña estudia devolver 20 céntimos por cada colilla de cigarro"
Yo tambien creo que es mejor se viajero
saludos
maravillas10Hoy a las 09:53
gkaneAyer a las 21:55
Joaki-00712/06/2025
larocuky08/06/2025
violemivi05/06/2025