Zhuangzi y los políticos

Conforme pasan los años uno va sintiendo más desprecio hacia la política y los políticos. Vemos como las personas con auténtica valía huyen de la política y quienes medran en ella, son personalidades camaleónicas, sin un curriculum brillante (o sencillamene sin curriculum alguno) que simplemente han sabido presentarse a si mismos, como válidos porque, eso sí, tienen un pico de oro.

Pero cuando alcanzan el poder los programas políticos son papel mojado, donde dije digo, digo diego, y priman sus intereses personales al interés general de los administrados. Y capaces son de traspasar las líneas rojas que ellos mismos habían definido anteriormente y buscar la complicidad de delincuentes a los que, naturalmente, están dispuestos a amnistiar.

Me parece bastante ilustrativa una anécdota que se cuenta del filósofo chino Zhuangzi (también transcrito como Chuang Tzu), del siglo IV a.C., quien rechaza los beneficios económicos de involucrarse con los políticos, con el fin de conservar su integridad ideológica y moral.

En cierta ocasión, el rey de Ch'u le ofreció entrar a su servicio, ante lo cual Zhuangzi se echó a reír y dijo al mensajero real: "Mil dineros constituyen en verdad un buen pellizco, y el ministerio es un cargo importante. Pero, ¿no has visto nunca a un buey llevado al sacrificio? Durante algunos años se le alimenta bien y es cubierto con telas bordadas. Mas al ser conducido al altar, ¿no imaginas que se conduele y lamenta de que no lo hayan dejado tranquilo como al cerdo? Vete y no trates de corromperme. Yo soy el envidiado cerdo y me siento muy feliz en mi pocilga, en libertad".

Imagen de Zhuangzi, de internet