AUTOCUIDARSE DEMASIADO

A veces, cuanto más esfuerzo pones en tu propio cuidado, te sientes más solo y vulnerable o más incapaz de enfrentarte a las exigencias de la vida cotidiana. La razón es sencilla: en una época de estrés, cuidarse conlleva esfuerzo; pero, también, resulta paradójico que un estilo de vida tóxico se antoje como mucho más productivo y satisfactorio, tanto en el nivel personal como en el profesional. Además, en un contexto en el que no se buscan causas colectivas al malestar y se responsabiliza al individuo de su salud mental, es lógico que la industria del autocuidado no pare de crecer.

 El problema, obviamente, no consiste en negar las máximas básicas del autocuidado: es obvio que, si te alimentas bien, duermes mejor y no desarrollas malos hábitos, tienes más posibilidades de sentirte bien a nivel físico y mental; lo perverso es cuando esa idea de cuidado viene impuesta por unos cánones y acompañada de una gestión psicológica sobredimensionada, no ya por parte de los propios profesionales de la salud mental, sino por el propio individuo. Además hay que defender el derecho a que cada uno descubra cuáles son los atributos de la salud, ya que esta no se puede cuantificar ni medir. "Siempre podrías estar más sano, hacer más deporte o comer mejor. Muchas actividades sociales como ir a tomar cervezas con los amigos o dar un paseo se ven como improductivas, ya no tanto perjudiciales, sino improductivas, porque no es tiempo dedicado a uno mismo. Y, al final, pensar únicamente en ti mismo, en estar mejor o estar bien, te aísla del resto". 

(E. Zamorano)

Es una frase corta y sencilla que todos repetimos a diario cuando nos despedimos de alguien más o menos conocido: "Cuídate mucho". Y yo siempre me planteo qué se debe hacer para cuidarse uno a sí mismo que no se esté haciendo cuando se tiene una vida normal, sin ningún tipo de excesos llamativos. No creo que haya muchas personas que se hagan daño a sí mismos y que castiguen su cuerpo y su salud porque sí. Otra cosa es pasarse en ciertos temas, como bebida, comida o vida desordenada.

Pero ahora abundan, como dice el texto, muchos libros y artículos de autoayuda que nos invitan a llevar una vida "saludable", pero a costa de renunciar a muchas de las pequeñas cosas que nos hacen felices y nos ayudan a llevar una existencia más agradable. Siempre ha habido "talibanes" de esto. No se puede comer tal cosa, ni probar gota de alcohol, ni fumar, por supuesto. Hay que afananarse por hacer mucho deporte, andar kilómetros o machacarse en el gimnasio para estar más sanos y más felices. Pero yo creo que no hay que exagerar, se puede ser feliz tomando un par de cañas con los amigos, con un pincho de tortilla o un poquito de jamón. Para algunos será improductivo, para otros, entre los que me cuento, en absoluto. No es incompatible una cervecita en una terraza con un paseo. No te pone nada al revés.

Besos.