CATARROS OTOÑALES

¿Por qué nos estamos poniendo todos malos en esta época? Esta es la pregunta que se hace decenas de veces al día  Y no es para menos, ya que ha sido llegar el otoño, comenzar el colegio, volver de vacaciones y caer como moscas con resfriados, mocos, tos y malestar.

Es habitual que, tras vivir la pandemia  tengamos cierto recelo y, cuando vemos que varias personas de nuestro entorno están resfriadas, pañuelo en mano, nos tememos lo peor. Pero que no cunda el pánico. Lo primero que se quiere dejar claro  es que “el frío no resfría ni tampoco produce gripe”, que es una creencia popular muy extendida. “Lo que produce la gripe y los resfriados son los virus”  Sin embargo, esta creencia popular sobre que el frío resfría tiene algo de razón y es que el frío “favorece la transmisión de virus”.Además, “el frío reseca las mucosas de la nariz y de la garganta”, que son las principales vías de entrada de estos virus del resfriado. Al no haber mocos, los virus tienen vía libre para entrar en nuestro organismo. A todo esto, hay que sumarle que el frío provoca que nuestras defensas “estén más bajitas”, por lo que no tenemos tantas defensas contra los virus como en verano. En cambio las personas se sorprenden de esta explicación, ya que ha estado haciendo bastante calor para ser el mes de octubre. Pero hay que tener en cuenta los cambios de temperatura durante el día y la noche, puesto que, como destaca un usuario, pasamos de “15 grados por las mañanas a 30 grados por la tarde”, lo que influye también en la calidad de nuestras defensas.

( P. Díaz)

Es la purea verdad, todo el mundo, al menos los de mi entorno, y yo misma, están resfriados, con mocos, con la garganta hecha polvo y un malestar espantoso. Y no nos entra en la cabeza que ocurra con estos calorazos más de verano que de otoño que estamos arrastrando. Queda aclarado que no es el frío lo que nos acatarra sino los virus que andan pululando por ahí y se aprovechan  de las defensas más bajas tras el verano. Y esta legión de virus se nutren en parte de que se vuelve a sitios cerrados, colegios y demás, donde la transmisión es más fácil. Y si encima hablamos de guarderías de niños pequeños que aún no han desarrollado inmunidad, se abre la caja de los truenos. Salen con mocos y los contagian al resto de la familia. Hay quien enlaza un virus con otro, o que incluso tienen febrícula. Otros, con el respeto que nos ha quedado con el covid, se están haciendo pruebas para quedar tranquilos. No será ese virus, pero será otro. En fin paciencia, que algunos acabaremos haciendo nuestros todos los virus que nacen, crecen y se reproducen en las guarderías. Y así hasta que llegue de nuevo el verano, subiendo y bajando...

Besos.