CELEBRANDO

Yo, si me permiten, prefiero medir nuestra inteligencia en la capacidad de celebrar. El intelecto va unido a la habilidad de crear acontecimientos que remueven la rutina. Muchos ya están subrayados en fosforito en el calendario. Nuestros cumpleaños, las vacaciones de verano, la Nochebuena, el fin de año, la noche de reyes… Estamos hechos para festejar. Y amanecer con la ilusión de ese niño que madruga para hallar los regalos debajo del árbol. Regalos que no solo provocan la emoción del que rasga su envoltorio, también esconden el cosquilleo del que se ha pasado mañanas y tardes buscando el detalle perfecto para alegrar. Incluso para no defraudar expectativas.Todas las semanas nos suceden cosas. Y si no habrá que reaprender a descifrar los trazos de felicidad que pocas veces fallan: mojar pan, el olor a la ropa limpia, ese airecillo que nos roza a cuarenta grados, el sol en invierno.

Invirtamos en recuerdos. Intentemos recuperar los ojos de exploradores de aquellas épocas más despreocupadas en las que todavía nos pensábamos infinitos y sentíamos que nos quedaba toda la aventura por delante. Porque nos sigue quedando aventura por delante. Y la curiosidad siempre será nuestro mapa del tesoro. También como antídoto a las asfixias de la monotonía.  El tiempo se esfuma esperando, la vida se estira celebrando. Sin necesidad de organizar una alfombra roja. Basta con no dejar nunca de planear ilusiones. Y hacerlo casi como cuando creíamos en unos reyes magos que venían de oriente e inevitablemente nos terminaron enseñando que la magia, al final, la ponemos nosotros. 

(Borja Terán)

Como colofón a estso días navideños, de comidas, festejos y compras me he encontrado con este artículo que es puro optimismo y que nos hace reflexionar sobre la importancia de la celebración. Nos invita a que sigamos festejando porque cada día podemos encontrar un motivo para ello aunque solo sea, o quizá por ello, en las pequeñas cosas, algo tan sencillo como mojar el pan o callejear por esa zona de nuestra propia ciudad que como bobos no transitamos a pesar de la magia que tiene. Y sobre todo me gusta lo que dice de invertir en recuerdos acumulados y por acumular porque el tiempo se esfuma esperando y la vida se estira celebrando.

Esto me recuerda esa frase tan famosa de John Lennon: “La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Y también dijo que “El tiempo que pierdes disfrutado, no es tiempo perdido”. Apliquemos estas dos frases y su filosofía de la vida. Y quedémonos con lo agradable, con una luz que siempre tendremos delante, solo hay que ir por ella.

Besos.