CITAS A CIEGAS

Son muchas las personas que recurren a aplicaciones de citas para probar suerte en el amor y encontrar así a la persona amada. Entre un amplio catálogo de candidatos, ofrece la posibilidad de hacer match con una persona afín a los gustos de cada uno. Una vez logrado, solo queda desvirtualizarse y conocerse en persona.

Esto es lo que le ocurrió a Teresa :  “Era un domingo en la tarde. Estaba aburrida en mi casa y me metí en Tinder”, explicó la joven al comienzo de su relato.“Hago match con un chico y en el momento me habla”, continuó diciendo. El muchacho le cuenta que ya tenía el plan montado, pero que su amigo le ha dejado tirado a última hora. Ella, curiosa, le preguntó cuál es el plan: “Ver una película en el autocine”, le respondió el chico, a lo que Teresa pensó que era “un planazo”. Como llegaron dos horas antes de que empezara la película, decidieron tomar algo de cena y que nada más sentarse en el local,  empieza a hablar de manera atropellada y no se calla ni un segundo. La película en cuestión era de miedo.  El resto de la hora y media que duró el film se lo pasó fingiendo que no tenía miedo con tal de evitar el contacto físico. “Ni un músculo moví”. Al llegar a casa, Teresa confiesa que recibió un mensaje de WhatsApp del chico diciéndole que se lo había pasado genial y que estaba deseando repetir. Acto seguido el muchacho le solicitó un Bizum de 10 euros en concepto de ‘gasolina’. “Y le pagué 10 euros de gasolina”, concluyó muerta de la risa.

(J. García)

Mucha gente está deseando conocer a personas pero le cuesta trabajo empezar a relacionarse por lo que se recurre a aplicaciones de citas para ello. Con el paso de los años, el éxito de estas webs ha ido creciendo, y la mentalidad de muchos que critican su uso, ha cambiado. Estamos ante una nueva era donde la comunicación online tiene un peso preponderante en la sociedad. Sin embargo, esto de las citas a ciegas, aun saliendo bien, no siempre son la solución ni siquiera para una amistad. Se trata a veces de ir probando hasta dar con la persona idónea, con la que haya química y se esté a gusto. La experiencia que cuenta Teresa, una chica periodista, es un ejemplo de ello. El plan no era el mejor para un domingo, el chico no paraba de hablar y no parecía que la cosa prosperara , pero lo peor fue cuando  más tarde él le pidió 10 euros en concepto de gasolina.

Imagino que la cena la pagarían a medias. No es cuestión de que nadie invite a nadie en una primera cita, pero lo de pedirle dinero después no puede ser más cutre. No creo que repitieran la cita. Parece que en este caso el amor a primera vista está más que descartado. Y el flechazo como que no... Y de mandar rosas, ya ni hablamos. Lo ideal es encontrar el amor a primera vista, a última vista. a todas las vistas posibles.

Besos.