El mismo estudio nos muestra las ciudades menos habladoras de todas, en este caso la primera de ellas es San Sebastián. Por lo que siendo una de las capitales gastronómicas de nuestro país no es de extrañar que acabe convirtiéndose en un lugar de paso de muchos turistas. Este tipo de ciudad es de las más silenciosas o menos habladoras de todo el país. La segunda ciudad menos habladora no es otra que Barcelona. En este punto, quizás se pueda matizar por barrios. Hay enclaves de lo más silenciosos y otros en los que las calles se llenan de ruido y de palabras que son casi imposibles de descifrar, siendo una ciudad tan cosmopolita como es.
(Gema Meca)
Parece un tópico pero sí que es cierto el hecho de que las ciudades andaluzas, en general son las más habladoras. La gente es muy agradable, sociable y conversadora, muy abierta. Además creo que el tono de voz, al ser más elevado contribuye a que se oiga más a la gente cuando se comunica. Todo esto no deja de ser un tópico, y se generaliza demasiado. En cambio san Sebastián es la más silenciosa del país, lo que no quiere decir que la gente sea introvertida, quizá sea que se relacionan más de puertas a dentro y no hace falta levantar la voz aunque creo que no es lo mismo hablar mucho que hablar alto. Lo que más me llama la atención es el caso de Barcelona, una ciudad tan bulliciosa que acoge a esa enorme e ingente cantidad de turistas, pero como matizan en el texto, depende de los barrios.
Leo en un artículo que "sin querer, contamos mucho más de lo que decimos según si hablamos alto o bajo. Damos información sobre nuestra procedencia geográfica –sí, el mito de que en los países mediterráneos voceamos más es cierto–, sobre nuestra personalidad, nuestro estado de ánimo en ese momento... y hasta puede delatar, con bastante acierto, si pertenecemos a una familia numerosa o no". Pues aunque no parece en este estudio, creo que en Sevilla también se puede aplicar la regla de hablar mucho y alto. Se vive en una cultura 'del exterior'; gusta salir, reunirse con amigos en la calle, en los bares... aunque a los que amamos a esta ciudad se nos quede la boca abierta y sin palabras cuando contemplamos bellezas como la de la foto.
Besos.