DE TRAIDORES

Pero, ¿Judas existió de verdad? ¿Su traición es histórica? «Algunos estudiosos consideran que se trataba de un personaje inventado, con el que se pretendió simbolizar al pueblo judío en su conjunto, presentándole como culpable de la muerte». Otros negacionistas argumentan que había que encajar su figura de alguna manera para presentarlo como «esencial», en tanto que fue «un instrumento del plan de Dios». Pero lo más probable desde un punto de vista histórico es que Judas existió realmente y que fue el responsable de entregar a Jesús a sus enemigos». En su repaso al protagonista de la felonía, el autor de esta particular biografía también se adentra en su muerte. Se plantea el suicidio que recoge san Mateo, desde ese arrepentimiento, reconociendo a su víctima como un inocente, que le llevó a arrojar el dinero obtenido en el templo y a ahorcarse.

(José Beltrán)

Judas representa para siempre en el imaginario colectivo el traidor por excelencia, aquel que vendió a su maestro por unas monedas que, por lo visto, al cambio actual no serían tantas. Estudiosos del personaje plantean la duda de si realemente existió y se creó como la excusa de buscar un culpable a la muerte de Cristo. Pero parece ser que sí y que no fue el dinero lo que le incitó a traicionar a Jesús., siendo un mero instrumento del plan de Dios. Y se plantean que quizá lo que pretendía era forzar  un milagro convencido como estaba de los poderes de Jesús.  Para unos, entregó a Jesús por codicia. Para otros, buscaba presionar para que el Salvador se revelara como un rey terreno poderoso-

Su muerte ahorcado demuestra la desesperación y arrepentimiento. DE hecho en todas las manifestaciones artísticas Judas, el traidor, se encuentra  de frente, al final de la mesa de la última cena y con el rostro vuelto por la vergüenza. DE ahí la expresión acuñada para siempre de ser un Judas, ser un traidor, especialmente alguien que traiciona a sus amigos o a una causa bajo la apariencia de lealtad.

En la foto, sacada de internet, del Paso de La Cena en Sevilla,  apreciamos cómo sostiene la bolsa de las monedas de su traición. Cuidado con ellos.

Besos.