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El mes de agosto es, para muchos, sinónimo de bajar el telón de las obligaciones y de colgar el cartel de «cerrado por vacaciones». Sin embargo, ese «cerrado por vacaciones» ya no se parece en nada al que solía imperar hace apenas dos décadas, cuando la desconexión era consciente, sin teléfonos que sonaran a cualquier hora, mensajes que interrumpieran la siesta, notificaciones que saltaran en medio de una cena o redes sociales que hicieran perder horas y horas. La dinámica actual difiere mucho de aquel descanso y eso perjudica seriamente a la salud, sobre todo por su impacto neurológico y la merma de la capacidad cognitiva. Se estima que una de cada tres personas mira el móvil más de 150 veces al día, lo que se traduce en una media de al menos una vez cada ocho minutos sin contar las horas de sueño.
La realidad es que, sin llegar a una adicción, todos estamos metidos en un mundo digital que obliga a nuestra atención a estar dividida sí o sí: miramos la pantalla del ordenador, pero además tenemos un reloj que vibra y nos avisa si no caminamos, y debemos atender a las notificaciones del teléfono móvil, que son constantes, mientras escuchamos un podcast... Todo eso consume recursos de nuestro cerebro, que no está evolucionando tan rápido como la tecnología y a veces tiene dificultades para adaptarse a esto. Es ahí cuando pueden aparecer respuestas emocionales como la ansiedad, el estrés o los problemas de concentración, además de que, si no se atienden, pueden desencadenar problemas patológicos.
(Raquel Bonilla)
Yo no creo tener adicción a lo digital pero sí que reconozco que estoy todo el día pendiente del móvil, bien es verdad que llamadas más bien pocas porque he decidido no responder si no conozco el número ya qjue seguramente sea una llamada desde una línea spam que esas sí que no descansan ni en agosto.
En vacaciones no me llevo el ordenador, solo la tablet aunque luego un ser pequeño se me apodere de ella y no me la deje usar. Sin embargo si te fijas, en la misma playa, los relojes inteligentes proliferan y en ellos el personal atiende a todo, a correos, mensajes, a contar los pasos, a medir pulsaciones a consultar las noticias. Todo. Los tiempos cambian y, aunque queramos, es tremendamente difícil hacer eso que llaman la desconexión digital, porque se puede recibir un aviso del sistema de alarmas de tu casa diciendo que ha saltado y te pega el susto del verano para que luego sea una incidencia sin importancia.
Aquellos que se sentaban en sillones como el de la foto, no tendrían esos problemas pero seguro que otros , no más graves, pero diferentes.
Besos,
Deberíamos procurar una desconexión digital lo más amplia posible. Yo me niego a ser esclavo del teléfono móvil, y sólo lo utilizo para hacer o recibir llamadas (de números conocidos, desde luego), y para mensajes con la familia. Lo demás, convertirlo casi en un ordenador que haga de todo, no me interesa.
Bona nit .
Pues es lo que tu dices ,los que se sentaron en sillones como el de tu foto, problemas como los que tenemos nosotros , ni mucho menos , pero claro, en aquellos tiempos , aunque internet ni estaba en el pensamiento de nadie , sus problemas tenian y muchos .
Seguro vaya .
Pues yo tampoco considero que tenga adición a lo digital . Paso rato en el ordenador , no lo niego , aunque cada vez menos , lo compagino con la lectura etc y el movil , pues lo que tu dices , atento mas o menos a wassaps y cosas de esas , pero vaya , nada importante .
Cuando trabajaba , siempre "tenia" que llevar el movil de la empresa por si necesitaban algo que pudiera solucionar por telefono .Y lo pongo entre comillas pues tampoco es que me obligaran , pero yo estaba mas tranquilo.
Pero es verdad que todo el mundo está enganchado al movil .
Tremendo lo de Carolina Marín.Que pena y que triste pobre chica .
Buenas noches .
Un beso.
eliocroca2Ayer a las 22:10
Joaki-007Ayer a las 18:41
corremundosAyer a las 11:04
angela.7020/06/2025
larocuky18/06/2025