var isMobileBrowser=false;
Lo primero que me llamó la atención, incluso antes de admirar su serena sonrisa, fue que pronunciara una palabra que se ha vuelto tabú en nuestros días. Ya nadie usa el verbo ‘morir’. Según la corrección política imperante, la gente no muere, sino que «parte», «pasa», «trasciende» o «camina hacia las estrellas». Como si omitir esas terribles cinco letras cambiara algo cuando, al menos a mi modo de ver, es todo lo contrario. Llamar a las cosas por su nombre es el primer paso para aceptar lo inexorable. Confrontaba esto con lo que uno observa a través de esas dos ventanas al mundo que son la televisión e Internet. Y cómo, por ejemplo, en todos los realities -‘grandes hermanos’ varios, islas desiertas e incluso concursos culinarios- la gente llora y se desparrama por cualquier imbecilidad. «Mi compi me ha ‘faltao’»; «Fulano me insulta»; «El masterchef me ha dicho que mi tortillita de camarones sabe a calcetín sudado», lloro, lloro, moqueo, moqueo. Alguien nos ha hecho creer que las lágrimas son síntoma de «sensibilidad», también de gran «fragilidad» y, así, todo el mundo confunde sensibilidad con sensiblería, lágrimas de cocodrilo con sentires. Más aún, que mostrar entereza, dignidad y serenidad frente a las adversidades ayuda a sobrellevarlas. Claro que lo que más ayuda es una gran fe. Pero ese es un apoyo que muchos hemos descartado sin saber, me temo, lo que realmente estábamos desechando.
(Carmen Posadas)
Cada persona tiene un temperamento diferente a la hora de aceptar los reveses de la vida. Al igual que hay quien tiene un umbral de dolor bajísimo y otros aguantan lo increíble, con los sentimientos pasa lo mismo.
No por llorar a moco tendido se sienten más las cosas, ni por permanecer "entero" y resignado, menos. Lo que es verdad es que son esterotipos que no siempre dicen de la persona lo que es y lo que siente. Muchas personas son realmente pudorosas a la hora de expresar sus sentimientos en público y tienen toda mi admiración. Y en las grandes tragedias, más. Son incluso los que acaban consolando a los menos allegados.
Y desde luego no es lo mismo sensibilidad que fragilidad, ni lloros que aspavientos. Tampoco es que se trate de venir llorado de casa, porque a veces contener los sentimientos tampoco es bueno...
En fin, como dice el refrán, "cada uno es cada uno, y cada seis media docena"... unos sol, otros luna.
Besos.
Lo de llorar entra en el entramado de convenciones sociales, sobre todo si quien llora es un hombre. Y digo yo que si la naturaleza nos ha dotado a todos, varones y mujeres, con glándulas lacrimales será por algo. Pero claro, hay quien llora por todo y ante el menor estímulo, y eso tampoco. Cuando hay que llorar, uno/a llora, y cuando hay que estar por encima de lo sensiblero, se puede adoptar un espíritu quasi legionario.
Te he dejado mensajitos desde el 7 al 10 de junio.
Totalmente de acuerdo.
Feliz dia @maravillas10
Cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre, y hacemos a nuestra manera. Los sentimientos y su expresión es otra de esas cosas tan subjetivas que hay en la vida.
Espero estés bien!! Pasa buen día!! Besos y abrazosss!!!
Buenas noches .
Vaya puerta bonita ...una preciosidad .
Yo creo que eso es lo que nos enriquece a cada uno , las reacciones que el ser humano puedan tener , son muy variadas y muy dificiles de "pronosticar"
Nunca se puede decir que , ante una situación límite uno vá a reaccionar de una forma o de otra ,porque luego llega el momento y podemos hacer de todo.
Lo de llorar pasa igual. Eso lo vemos , por desgracia, en grandes trajedias o entierros por ejemplo.Esa persona que parecia tan "fria" , igual se derrumba a la hora de una desgracia .
O al reves...cuantas veces hemos visto un aguante increible de uan persona ,,,auanque luego pasado todo , se venga abajo...
Besos .
Hoy a las 17:07
Joaki-007Hoy a las 16:18
angela.69Hoy a las 09:05
eliocroca2Ayer a las 22:06
corremundosAyer a las 17:57