EL TALÓN DE AQUILES

El talón de Aquiles es una expresión que se emplea para referirse a la parte débil o vulnerable de una persona o cosa. En la mitología griega, Aquiles, el héroe de la guerra de Troya, muere en batalla cuando una flecha envenenada lo alcanza en su punto débil: su talón. Al nacer, su madre trató de volverlo inmortal, al sumergirlo en el río Estigia, pero al sostenerlo por el talón, ese preciso punto de su cuerpo quedó vulnerable. Todos tenemos un punto débil, una señal que permanece en algún lugar abstracto de nosotros y que a veces se deja sentir en el cuerpo y en el alma. No hay nadie que pueda decir que no tiene un talón de Aquiles propio: es una marca que nos identifica y nos recuerda quiénes somos. Normalmente, bien de manera consciente o inconsciente, tratamos de esconderlo precisamente porque mostrar nuestro talón de Aquiles a los demás nos hace sentir desprotegidos y expuestos emocionalmente. Así que plantamos la guardia y esperamos que nadie consiga llegar ahí para usarlo en nuestra contra. Lo cierto es que tener un talón de Aquiles significa tener un flanco por el que sería muy fácil que nos hicieran daño, que llegarán muy dentro de nosotros, que eliminaran todas las barreras y defensas que el resto del corazón pudiera poner para evitarlo. Parece que visto de esta manera esta expresión es totalmente negativa y equivale a ser dueños de uno o varios puntos débiles. De hecho, muchas personas pensándolo de esta manera se mienten a sí mismas haciéndose creer que ellas no lo tienen: se olvidan de que tener un talón de Aquiles es uno de los indicios que le permiten conocerse mejor y diferenciarse del resto.

(lamenteesmaravillosa)

Claro que todos tenemos un punto débil, un flanco por el que se nos puede herir aunque queramos, algunos, aparentar fortaleza física o espiritual. No hay nadie que no tenga una parte de su cuerpo que le dé molestias de vez en cuando, unos tenemos las cervicales, otros, las piernas o el estómago o la espalda y con el tiempo se van acentuando, y del mismo modo todos tenemos un lugar en nuestro corazón que nos hace sentirnos débiles: puede se la familia, algo en el trabajo o una falta de resolución para afrontar los hechos. Muchos lo intentan ocultar para no dar pistas sobre cómo se puede sufir pero eso no quiere decir que no se tengan aunque mentirse a sí mismo no lleva a ninguna parte. Ya lo dijo Bossuet:  “La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil.”.

Hay quien teme a la soledad y está siempre rodeado de gente. En rara la ocasión que adentra en un lugar vacío, sin nadie, como puede ser este pasillo con ujnos solitarios bancos al fondo. Seguro que tú no vas a decirme cuál es tu talón de Aquiles, que no es lo mismo que el tendón de Aquiles.

Besos.